El grupo ya no se esfuerza por conquistar o mantener territorios, sino en llevar a cabo, inspirar o facilitar ataques terroristas.
“Se ha alegado que cuerpos de seguridad del Estado utilizaron con frecuencia una fuerza excesiva para dispersar y reprimir manifestaciones, y que han detenido y encarcelado a miles de miembros de la oposición, y que algunos grupos de manifestantes habrían recurrido a medios violentos”, dijo la fiscal de la CPI.
UNICEF confía en la liberación de otros 700 menores próximamente y destacó que la de hoy es la primera en más de un año.
A medida que aumenta la probabilidad de ser detenidos, los migrantes buscan rutas más remotas, difíciles y peligrosas. El miércoles pasado, tres hombres se ahogaron en lugares separados cuando intentaban cruzar el Río Grande.
Esta práctica aún se lleva a cabo en 30 países, entre ellos, Colombia. 200 millones de mujeres y niñas han sido mutiladas.
Desde 2015, más de 400.000 personas han huido escapando de abusos a los derechos humanos, la incertidumbre política y el deterioro de la situación humanitaria, y se espera que estas cifras aumenten en más de 50.000 este año. Los refugiados del país africano reciben solo el 21 % de la ayuda que necesitan, lo que no alcanza unos “estándares humanitarios aceptables”.
Cinco días después de que la Corte Suprema anunciara el levantamiento de las sentencias de varios líderes de la oposición y la decisión de reincorporar a 12 parlamentarios, el gobierno ha declarado el estado de emergencia y ha arrestado al presidente de ese tribunal.
“Tenemos alrededor de 2 millones que necesitan ayuda. Es como un enorme campo de refugiados con cientos de miles de personas internamente desplazadas que son extremadamente vulnerables y están siendo atacadas y bombardeadas. Esto es completamente inaceptable”, declaró Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios.
La mayoría de las denuncias involucran el uso de químicos tóxicos como el cloro, en áreas que no están bajo el control del gobierno. Entre ellas se incluye el incidente del pasado fin de semana en la ciudad de Saraqueb.
“No son cientos ni miles, sino millones los niños a los que, en el Oriente Medio y el norte de África, se les roba su infancia, su vida, se les traumatiza, arresta y detiene, se les explota y se les impide ir a la escuela y acceder a los servicios esenciales; se les niega incluso el derecho básico de jugar”, declaró un representante de UNICEF.
