FAO y Unión Europea redoblan esfuerzos contra el comercio ilegal de madera
Con este acuerdo se espera reducir el impacto ambiental de la tala ilegal y mitigar el cambio climático, además de incrementar los ingresos y la seguridad alimentaria de las comunidades forestales, al ampliar su acceso a los mercados madereros nacionales e internacionales.
La tala y el comercio ilegal suponen pérdidas fiscales estimadas entre 10.000 y 15.000 millones de dólares cada año para los gobiernos.
Por otra parte, esos delitos socavan los medios de vida de las personas, les privan de ingresos y alimentos y degradan grandes extensiones de bosques ricos en carbono y hábitats vitales para la fauna silvestre, lo que agudiza el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
El acuerdo supone una mayor colaboración entre los países productores y los consumidores, para hacer frente a los cuellos de botella de la producción de madera legal.
Esto implicará centrarse en empoderar a las pequeñas y medianas empresas forestales en África, América Latina, el Caribe y Asia, que emplean a unos 140 millones de personas. La idea es ayudarles a operar de forma legal, a acceder a los mercados verdes y a participar en la gestión sostenible de los recursos forestales.