OCHA alerta de la gravedad de la crisis humanitaria en Sudán del Sur

Niños piden paz en el campo de Protección de Civiles de Naciones Unidas en Malakal, Sudán del Sur. Foto: ONU/Isaac Gideon
Niños piden paz en el campo de Protección de Civiles de Naciones Unidas en Malakal, Sudán del Sur. Foto: ONU/Isaac Gideon

OCHA alerta de la gravedad de la crisis humanitaria en Sudán del Sur

En Sudán del Sur, unos seis millones de personas, más de la mitad de la población, precisan asistencia humanitaria y 2,8 millones de ellas padecen hambre; dos millones han huido de sus comunidades y más de la mitad de los niños en edad escolar no asiste a clase.

Así describió hoy la situación humanitaria en ese joven país el jefe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), durante una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a Sudán del Sur.

Stephen O’Brien subrayó la precariedad en que viven los sursudaneses y lamentó que pese a los continuos llamados de protección a la población, las partes en conflicto continúen atacando, desplazando y exacerbando la gravedad de la crisis humanitaria, mientras el conflicto se extiende a todo el territorio del país.

Destacó, asimismo, el desafío que plantea la incongruencia entre las garantías que promete el gobierno a la entrada de ayuda y el proceder de los grupos locales, que imponen cuotas ilegales a los convoyes humanitarios para cruzar los puestos de control.

“Los retrasos en la entrega de asistencia cuestan vidas y gastan valiosos recursos. El personal humanitario necesita acceso oportuno e irrestricto a las áreas que precisan asistencia vital, no concesiones caso por caso luego de mucha presión y persuasión por parte de los trabajadores”, dijo O’Brien.

Explicó que las caravanas que viajan de Juba a Bentiu, por ejemplo, cruzan unos 50 puestos de control, y que se exige un pago de mil dólares por cada vehículo. “Esa extorsión es inaceptable y debe cesar”, apuntó.

El coordinador humanitario advirtió también sobre la creciente inestabilidad debida al deterioro de la situación económica, que hace inasequibles bienes básicos como los alimentos y el agua potable.

O’Brien también se refirió con alarma a la falta de fondos para los operativos de asistencia y detalló que de los 1.300 millones de dólares solicitados a los donantes para socorrer a cinco millones de personas, los organismos humanitarios han recibido apenas un 9%, lo que los ha obligado a reducir sus programas alimentarios y sanitarios.

En este sentido, urgió a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad a actuar y utilizar su influencia en los frentes financiero y político para poner fin a la catástrofe humanitaria que se avecina en Sudán del Sur.