Julio Manuel Pereyra: La educación como camino de vuelta a los derechos y la dignidad

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, ha sido galardonado con el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.

El activismo nació de ver niños analfabetos comiendo, trabajando y viviendo la basura

Julio Manuel Pereyra , activista y educador.

Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, ha sido galardonado con el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.

Julio Manuel Pereyra: La educación como camino de vuelta a los derechos y la dignidad

Derechos humanos

El activista uruguayo recibe el Premio de los Derechos Humanos 2023 en reconocimiento a su labor como educador de la escuela ambulante Caminos de tiza, un proyecto con el que brinda alfabetización inicial y apoyo escolar y de salud a niñas y niños de comunidades vulnerables, rurales y aldeas indígenas en Misiones, Argentina.

Julio Manuel Pereyra es un activista uruguayo de los derechos de las personas con discapacidad, los pueblos originarios, los niños y los derechos humanos y educador comunitario de la escuela ambulante Caminos de tiza, la cual proporciona formación y ayuda a niñas y niños de comunidades vulnerables, colonias rurales, basurales y aldeas indígenas Mbya y guaraní en Misiones, Argentina. 

En concreto, la escuela proporciona apoyo escolar, alfabetización inicial, estimulación temprana, atención primaria de la salud, educación sexual integral y armado de material terapéutico y ortopédico.

Pereyra resultó ganador del Premio de las Naciones Unidas en la Esfera de los Derechos Humanos en 2023, y a unos días de recibir el reconocimiento, Noticias ONU conversó con él para conocer qué le motivó a emprender su labor.

Noticias ONU: ¿Qué lo motivó a involucrarse en la defensa de los derechos humanos, especialmente de niños, niñas, personas con discapacidad y de aquellas personas que pertenecen a comunidades más marginalizadas?

Julio Manuel Pereyra: El motivo del activismo fue encontrar niños con analfabetismo comiendo, trabajando y viviendo la basura y personas con discapacidad sin oportunidades reales de acceder a derechos y dignidad. Visibilizar eso fue el objetivo, como una forma de denuncia y protesta, que luego se transformó en una forma de educar y de poder generar políticas públicas.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, durante una entrevista con Noticias ONU, tras ganar el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, durante una entrevista con Noticias ONU, tras ganar el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.

Noticias ONU: ¿Puede compartir un momento o aquella experiencia crucial que dio forma a su compromiso con los derechos humanos y de alguna manera alimentó su pasión por generar un cambio positivo?

Julio Manuel Pereyra: Sí; encontré a un niño con discapacidad no institucionalizado que tenía zoonosis y parasitosis y por quien nunca nadie había velado, y cuyos derechos nunca habían sido consagrados en base a que ni siquiera tenía identidad. 

Eso creo que fue lo que disparó esta lucha de reivindicar. Quería visibilizar y mostrar la necesidad de que hay que reconocer a las personas primero en su dignidad humana y, luego, a través de los derechos consagrados tanto a nivel internacional, como a través de los marcos normativos y legales nacionales y provinciales.

Pero, sí; un caso específico fue el que disparó toda la tarea de trabajar con los chicos a los que fuimos encontrando. Trata de personas, trabajo infantil, desnutrición… terminó generando una red de activismo en favor de los derechos.

Noticias ONU: Su trabajo ha tenido un impacto significativo en la vida de muchas personas. ¿Podría describirnos alguna historia de éxito o algún logro específico del cual usted esté particularmente orgulloso?

Hay que reconocer a las personas primero en su dignidad humana.

Julio Manuel Pereyra: Cuando la comunidad de guaraníes me nombra Vera Mirí y se crea la escuela en Kaaguy Porá, que los chicos volvieran a estar reinstitucionalizados dentro del sistema, fue significativo. Creo que lloré ese día al saber que la reinstitucionalización implicaba muchas cosas. 

Primero que nada, acceso a la identidad, después acceso a la salud. Estar en el sistema educativo formal en Argentina implica tener documento de identidad, vacunas, acceso a políticas públicas de alto impacto y ya no solo acreditación y certificación de saberes, sino iniciar una trayectoria que permite que el Estado esté presente en contextos donde hay mortalidad infantil, trata de personas, narcotráfico. 

Creo que es muy importante esa escuela intercultural bilingüe, donde uno va aprendiendo una segunda lengua y van llegando hijos de colonos y personas con discapacidad. Creo que generó un cambio significativo en mi mirada… el valor que tenía generar espacios de encuentro desde la pedagogía y no desde el asistencialismo.

Noticias ONU: Y la defensa de los derechos humanos, ¿implica enfrentar desafíos y obstáculos? ¿Cómo se mantiene resiliente y motivado frente a esa adversidad?

Julio Manuel Pereyra: Sí, censuras, amenazas. Situaciones bastantes complejas que uno denuncia tanto frente a la justicia como a nivel mediático, desmotivan. 

Pero el logro de los chicos (y cuando digo chicos me refiero a los grandes también)… cuando uno ve los primeros pasos de una persona, cuando uno ve que acceden a la salud, que vuelven a ser parte de un entramado social, que no están sujetos a la explotación laboral, ni pueden llegar a perderse en cuestiones como la prostitución infantil, ser víctimas del narcotráfico o del tráfico de órganos, eso me motiva

Creo que  me veo en cada uno de esos chicos cuando era pequeño y los identifico como lo que quisiera mañana para mis hijos y me motiva saber que en un futuro alguno puede ser otro Julio Pereyra cambiando otras realidades.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, trabaja con niños de comunidades vulnerables, pueblos originarios y discapacitados.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, trabaja con niños de comunidades vulnerables, pueblos originarios y discapacitados.

Noticias ONU: La colaboración es esencial en el ámbito de los derechos humanos. ¿Cómo ha creado alianzas de trabajo con otras personas para lograr sus objetivos? ¿Ha colaborado con las Naciones Unidas o lo tiene previsto?

Julio Manuel Pereyra: Sí, se generan redes solidarias de pertenencia. Porque uno no hace para, hace con y desde las comunidades. Los hace partícipes de otros referentes para que haya un proceso de identidad que nos trascienda, que quede la capacidad instalada en las comunidades cuando uno no esté. 

Nosotros no tenemos el síndrome de el salvador, nosotros lo que buscamos es dotar de herramientas desde un abordaje pedagógico, educativo y social y que cada comunidad entienda y atienda sus propias problemáticas y busque estrategias para afrontarlas.

Buscamos formas de articular propuestas a nivel internacional y aprender de aquellas otras que se encuentran en este tipo de espacios como las Naciones Unidas, para no caer en prácticas viciadas. Se trata de tener una mirada externa que ayude a mejorar lo que hacemos y aprender de otras experiencias para tomar lo mejor de ellas, para potenciar lo que estamos haciendo en este momento.

Que cada comunidad entienda y atienda sus propias problemáticas y busque estrategias para afrontarlas.

Noticias ONU: Muchas personas luego lo consideran un modelo a seguir. ¿Cómo utiliza su plataforma para crear conciencia sobre cuestiones de derechos humanos e inspirar a otros y otras a actuar?

Julio Manuel Pereyra: Yo creo que los tres preceptos básicos son concientizar, sensibilizar e informar. Creo que las redes sociales nos dan una oportunidad a aquellos que estamos lejos de los medios de ponerle un nombre, un rostro, una historia y un lugar a lo que acontece. Y eso genera una movilización.

Creo que utilizar las redes sociales para visibilizar realidades a partir del activismo positivo no es una crítica pasiva. Nosotros buscamos que desde esta forma de militancia por las políticas públicas se generen reflexiones sobre lo que está aconteciendo y que muchas veces no sale en algunos contextos. 

Yo no creo que sea un ejemplo, solo decir que los ejemplos están en los libros de lengua. Pero sí busco que Caminos de tiza, que es el proyecto que desarrollo, más allá de los errores e imperfecciones de Julio Pereyra, se transforme en una forma de acción que más que quejarse de lo que no está, promueva propuestas para que llegue lo que falta.

Noticias ONU: El camino de un defensor de derechos humanos continúa. ¿Cuáles son sus planes o proyectos futuros para seguir avanzando en su trabajo en derechos humanos?

Julio Manuel Pereyra: Yo creo que esto de la capacidad instalada y de compartir experiencias, generar saberes y conocimientos a partir de la praxis que permitan que otros activistas tomen referencias de cómo se puede llegar a intervenir, más allá de que, por supuesto, las adapten, las potencien y las readecúen a su contexto. 

Mi objetivo hoy, desde Caminos de tiza, que es el proyecto que lidero (y que entiendo que uno debe generar una alternativa o un complemento a lo existente), se centra en dejar herramientas, estrategias y abordajes que puedan ser replicadas, particularmente en este momento, a refugiados, zonas de comunidades trashumantes, desplazados, y eventualmente, la educación paliativa y la pedagogía de emergencia en contextos de guerra.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, con algunos de sus alumnos.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, con algunos de sus alumnos.

Noticias ONU: ¿Qué consejo le daría a los y las jóvenes activistas y a las personas que quieran involucrarse en la defensa de los derechos humanos?

Julio Manuel Pereyra: Que no se trata del otro, se trata de uno mismo. Defender los derechos del otro implica defender los derechos propios. La vida da muchas vueltas. Quizás mañana otros le van a dar voz a mi lucha, como yo se la doy a los que hoy no la tienen. Yo creo que esto no se trata del otro, no es los derechos humanos como algo abstracto, sino simplemente los derechos, entendidos como aquello que nos da la dignidad.

Esto no es lineal. Va a haber momentos de plenitud y va a haber momentos en que esto decae, pero que sigan adelante. Uno nunca sabe el impacto real de cuántas vidas puede llegar a salvar simplemente con levantarse un día y decir “quiero hacer esto”.

Noticias ONU: ¿Cómo se enteró del premio Derechos Humanos de la ONU? ¿Por qué decidió ser nominado? ¿Cómo se siente al recibir el premio de Derechos Humanos de Naciones Unidas?

Julio Manuel Pereyra: Es complejo, porque no entiendo ni cómo llegamos ahí. Que alguien valore nuestro trabajo, que alguien haya referenciado nuestra práctica, que alguien se haya tomado la molestia de examinar, ver toda la documentación que respalda lo que nosotros hacemos, trazar el impacto. Es significativo. 

Uno se siente raro cuando recibe este tipo de reconocimientos, porque tengo la oportunidad de potenciar mi voz, gritar más alto, que me escuche más gente. Pero, a la vez, recibo un reconocimiento por hacer una cosa que no debiera ni siquiera existir. Es complejo

Lo valoro porque me permite tener acceso a más oportunidades para mis comunidades. Que mis niños tengan cinco minutos de cámara que permita que otra gente vea que aquí también se necesitan recursos. No solo hacen falta en otros contextos, que uno sabe que son mucho más complejos, quizás.

A veces estamos ocultos detrás de la democracia. Sin embargo, acá también los chicos mueren. Las guerras sociales se dan, y quizás no les mata un arma, pero les mata la desidia y la negligencia. Hacer visible esto es necesario.