Cada año, se pierden o desperdician 1.300 millones de toneladas de comida a lo largo de la cadena de producción y consumo de alimentos, lo que equivale a un billón de dólares estadounidenses.

Un cuarto en la reducción de ese desperdicio sería suficiente para alimentar a casi mil millones de personas que sufren hambre en todo el mundo.

Para revertir esta pérdida innecesaria de comida, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzaron una campaña mundial contra este flagelo.

Robert van Otterdijk, experto de la FAO, sostuvo que el problema se divide entre la pérdida de comida, que es la que se desperdicia involuntariamente en el proceso de producción y distribución; y el que se tira a la basura por diversas razones cuando los alimentos llegan a los comercios y consumidores.

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Producción: Carlos Martinez