COVID, América Latina, reinfección... Las noticias del viernes

La ONU ha elevado la petición de fondos para hacer frente a la pandemia de COVID-19 hasta los 10.300 millones de dólares. El Programa Mundial de Alimentos señala a Haití, el Corredor Seco de Centroamérica y Venezuela entre las zonas con más riesgo de hambre. La Organización Mundial de la Salud asegura que aún es pronto para saber si una persona que ha padecido COVID-19 puede volver a infectarse.
La ONU ha elevado la petición de fondos para hacer frente a la pandemia de COVID-19 hasta los 10.300 millones de dólares.
A fines de marzo, inicialmente solicitó 2000 millones de dólares. A medida que la enfermedad se propagó, aumentó esa petición en mayo a 6700 millones, de los que solo se han recibido 1640 millones. El llamado actualizado tiene como objetivo ayudar a 250 millones de personas en 63 países.
El coordinador humanitario, Mark Lowcock, dijo que proteger al 10% más pobre de la población mundial de los efectos de la pandemia y la recesión tiene un costo de 90.000 millones de dólares; eso es menos del 1% de los paquetes de estímulo que los países ricos han implementado para proteger la economía.
El responsable de la ayuda humanitaria aseguró que la inacción puede costar innumerables vidas y miles de millones de dólares más tarde.
“A menos que actuemos ahora, deberíamos estar preparados para una serie de tragedias humanas más brutales y destructivas que cualquier impacto directo del virus".
El Programa Mundial de Alimentos recibirá la mitad de esos fondos, unos 4900 millones, lo que da una indicación de la gravedad de la crisis de hambre a la que se enfrenta el mundo
“Millones de las familias más pobres del mundo se han visto forzadas más cerca del abismo. Las formas de ganarse la vida se han destruido a un nivel sin precedentes. El Programa está reforzando sus operaciones para llegar a 138 millones de personas que sufren niveles desesperados de hambre”, dijo la portavoz de la agencia, que explicó que han identificado 25 países especialmente en riesgo en África, Asia, Oriente Medio y Latinoamérica.
En la región, hay 3,7 millones de personas en situación de crisis alimentaria en Haití y 4,5 millones en el Corredor Seco de Centroamérica, donde se espera que la situación empeore en los próximos meses porque continúan las restricciones de movimiento.
En Venezuela, 9,3 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria grave y necesitan ayuda para comer, en la cuarta crisis alimentaria más grave en el mundo.
Además, más de cinco millones de migrantes y refugiados venezolanos en los países vecinos se ven afectados por la pandemia. Medio millón de ellos no tienen acceso a comida y están excluidos de los programas sociales en Colombia, Ecuador y Perú.
La Organización Mundial de la Salud asegura que aún es pronto para saber si una persona que ha padecido COVID-19 puede volver a infectarse.
Hasta el momento se sabe que las personas que se recuperan generan anticuerpos, pero se sigue investigando hasta qué punto protegen.
“Lo que sabemos de la gente que está infectada por el SARS-COV-2, el virus que causa la COVID-19 es que desarrollan una respuesta inmune, anticuerpos, anticuerpos neutralizadores y una respuesta inmunológica que da cierta protección frente a una reinfección” explicaba la doctora María VanKerkhove, que lidera el equipo técnico de la OMS sobre coronavirus. Lo que no sabemos ahora mismo es cómo de fuerte es esa protección y cuánto tiempo dura esa protección y necesitamos respuestas a esas cuestiones para determinar si alguien se puede infectar de nuevo cuando esa inmunidad desaparece”
En cuanto a la transmisión de la enfermedad los especialistas insistieron en que hay que tener en cuenta no solo la forma, sino también dónde y cuándo ocurre. Hay que considerar la intensidad y la duración del contacto, dijo el doctor Michael Ryan.
“Cuánto más cerca estás de la gente, cuánto más tiempo pasas dentro, cuanto más intensa es la actividad y te requiere un contacto más cercano con la gente, más modos de transmisión se ponen de juego. Tú tienes que entender ese riesgo y manejar ese riesgo”.
La actriz Angelina Jolie ha participado en un debate del Consejo de Seguridad sobre violencia sexual en conflicto. La embajadora de buena voluntad de ACNUR ha alertado de la inacción para frenar este tipo de abusos a niños.
“No hay nada peor que romper una promesa a un niño, y sin embargo es que lo que hacemos año tras año a incontables niños. El hecho de que nunca los vayamos a conocer no mengua la traición”.
La ONU ha verificado al menos 3000 casos de violencia sexual en conflicto en un solo año. Un 89% fueron cometidos contra mujeres y niñas.