Timor Leste: Consejo de Seguridad extiende mandato de Oficina de la ONU

Timor Leste: Consejo de Seguridad extiende mandato de Oficina de la ONU

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El Consejo de Seguridad aprobó hoy por unanimidad una resolución que extiende hasta el 20 de agosto las funciones de la Oficina de las Naciones Unidas para Timor Leste (UNOTIL) con el objetivo de planificar el papel que desempeñará la ONU tras la conclusión de este mandato.

El texto expresa su apoyo al despliegue de las fuerzas de seguridad internacionales de los gobierno de Portugal, Australia, Nueva Zelanda y Malasia, realizado a petición de las autoridades timorenses.

En este sentido, exhorta a las tropas de paz a mantener una estrecha coordinación con el gobierno de Timor Leste y con la UNOTIL.

Asimismo, insta a todas las partes en conflicto en el país a abstenerse de cometer actos de violencia y a participar en el proceso democrático.

La resolución también pide al Secretario General de la ONU que presente al Consejo a más tardar el 7 de agosto próximo un informe sobre la función que tendrán las Naciones Unidas en Timor Leste cuando concluya el mandato de la UNOTIL, dada la situación actual y la necesidad de reforzar la presencia de la Organización.

Además, el Consejo urge a la comunidad de donantes a responder al llamamiento de emergencia del 12 de junio pasado para dar asistencia humanitaria a la población de Timor Leste.

Por otra parte, el representante especial de la ONU para Timor Leste, Sukehiro Hasegawa, aplaudió la orden de arresto por parte de la Procuraduría General timorense al ex ministro del Interior, Rogelio Lobato, por cargos de distribución de armas a un grupo civil.

En marzo pasado, el Ejército de Timor Leste expulsó a cerca de 600 militares que mantenían una huelga pidiendo mejoras laborales. El 28 de abril, los militares despedidos organizaron una manifestación que culminó cuando la policía les disparó para dispersarlos.

A partir de entonces, se desataron enfrentamientos, recrudecidos especialmente en mayo, entre las fuerzas del gobierno y los ex militares y sus seguidores, que dejaron al menos 30 muertos y más de cien heridos, por lo que los gobiernos de Australia, Portugal, Nueva Zelanda y Malasia, a solicitud de su contraparte timorense, desplegaron tropas para ayudar a estabilizar el país.