FAO: Plantar árboles ayuda a producir más ingresos y alimentos

FAO: Plantar árboles ayuda a producir más ingresos y alimentos

media:entermedia_image:50822518-b4b3-4ece-98a2-abb01e22bdb3
El cultivo de árboles en las granjas contribuye a mitigar la pobreza al producir ingresos y alimentos para los agricultores pobres cuyos medios de subsistencia corren cada vez más peligro a causa del cambio climático y de la degradación de los suelos, declaró hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“La inseguridad alimentaria acosa cada vez más a los pequeños agricultores debido a la degradación de los suelos producida por las condiciones extremas del clima, a la presión demográfica cada vez mayor y a que se utilizan sistemas agrícolas inadecuados”, dijo Hosni El Lakany, subdirector general de la FAO para el Departamento de Montes.

Durante el Primer Congreso Mundial de Agrosilvicultura, que se celebra en Orlando, Florida, El Lakany señaló que estos problemas pueden combatirse cultivando árboles en las granjas, que proporcionan otras fuentes de ingresos y de alimentos, además de ayudar a restablecer las tierras degradadas.

Cerca del 75% de la población mundial –unos 1.200 millones de personas-, vive en zonas rurales y, en su mayoría, basa su subsistencia en los recursos naturales, de donde obtiene alimentos, curas medicinales e ingresos.

Las consecuencias de esta dependencia del medio han sido una extensa degradación de las tierras y la disminución de la fertilidad del suelo, que exacerban la pobreza y los conflictos por los escasos recursos. Más del 60% de las tierras degradadas están en Asia y África.

Para hacer frente a esta situación, la FAO destaca los beneficios derivados del cultivo de árboles en las granjas: por un lado ayudan a la población rural pobre que padece hambre y malnutrición, y por otro, ayudan a mejorar la fertilidad del suelo.

Además, los árboles proporcionan productos de madera, medicamentos y forrajes, y son fuente importante de ingresos. La leña también es la principal fuente de energía para la población rural pobre. Más de 2.000 millones de personas utilizan leña como combustible.