Sin embargo, no lograron el consenso necesario para añadir a esta lista el amianto crisotilo y el pesticida endosulfán, pese a que los expertos de la FAO habían recomendado su inclusión en esa lista. El amianto, un material de uso amplio en la construcción, es un cancerígeno que causa la muerte de unas 90.000 personas al año.

Los compuestos de tributil estaño son pesticidas usados en las pinturas antialgas en los cascos de los barcos y son tóxicos para los peces, moluscos y otros organismos acuáticos.

Los Estados parte del Convenio de Rótterdam -un tratado internacional que pretende evitar los daños a la salud o el medio ambiente de los productos químicos peligrosos- se reunieron en Roma, donde reiteraron que los gobiernos tienen la obligación de informar sobre sus decisiones a nivel nacional sobre la importación y la gestión de estas sustancias.

Según el Convenio, la exportación de productos químicos y pesticidas incluidos en la lista requiere el consentimiento previo del país importador. Eso facilita que los países en desarrollo puedan decidir sobre los productos químicos que desean recibir y excluir los que no pueden manejar de forma segura.

Los países exportadores tienen la responsabilidad de asegurar que ninguna partida abandone su territorio cuando el país importador ha decidido no aceptar el producto químico en cuestión.