El coordinador humanitario adjunto de la ONU para Siria, dijo estar “alarmado” por el deterioro de la situación humanitaria en Idlib, en el noreste de Siria, donde más de tres millones de civiles permanecen atrapados en una zona de guerra, la gran mayoría de ellos mujeres y niños.

Al menos 300,000 civiles han huido de sus hogares en el sur de la provincia desde mediados de diciembre, luego de una fuerte escalada de las hostilidades y de las condiciones extremas del invierno.

Escuchamos a Jeans Larke, portavoz de OCHA.

“Todos los días recibimos informes de familias atrapadas en medio de la violencia, buscando refugio y acceso a servicios esenciales en campamentos superpoblados y zonas urbanas. Muchos ahora se están refugiando en escuelas, mezquitas y otros edificios públicos. Hay una escasez crítica de alimentos, vivienda, salud y asistencia para el invierno, así como otros servicios básicos necesarios para la supervivencia”.

El año pasado en Idlib ya habían sido desplazadas 400.000 personas y 1300 murieron por ataques aéreos y bombardeos entre mayo y agosto. La ONU reitera el llamado para un cese inmediato de las hostilidades.

La violencia entre comunidades en el estado de Darfur Occidental en Sudán ha matado al menos a 54 personas, herido a 60 y desplazado a 40.000 desde el 28 de diciembre, informó OCHA.

Los enfrentamientos en los alrededores de la ciudad de Geneina afectaron también a 32.000 desplazados internos en tres campamentos. Miles de personas han tenido que cruzar la frontera hacia Chad y buscar refugio en aldeas cercanas.

Los desplazados en Darfur Occidental se han refugiado en varias escuelas y edificios gubernamentales alrededor de la ciudad de El Geneina.

Escuchamos al portavoz de OCHA.

“La situación en el área afectada es actualmente tranquila y parece estabilizarse mientras las agencias de la ONU transportan agua, distribuyen jabón y ayudan a la recolección de desechos de los sitios de desplazamiento. También se reparten alimentos a los niños, así como mosquiteros, mantas, colchonetas y láminas de plástico”.

Los catastróficos incendios de Australia ya han expedido unas 400 megatoneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, un gas que contribuye al calentamiento global, aseguró la Organización Meteorológica Mundial este martes.

Los fuegos han matado a más de 22 personas, destruido cientos de hogares, y quemado cientos de miles de hectáreas de tierra causando una devastación masiva en la vida silvestre, los ecosistemas y el medio ambiente.

Además, han provocado una calidad de aire peligrosa en varias ciudades del país y han enviado humo a Nueva Zelanda e incluso hasta a América del Sur, llegando a Argentina y Chile.

El año 2019 fue inusualmente cálido y seco para grandes extensiones de territorio en Australia, con muchos récords establecidos, lo que preparó el escenario para una "temporada de incendios larga y desafiante", han dicho las autoridades del país.

Escuchamos a Claire Nullis de la OMM.

“No debería haber ninguna duda de que el cambio climático está jugando un papel en el proceso […][…] Todavía no estamos fuera de peligro, se proyecta que Australia experimente aumentos futuros tanto en la temperatura del mar como del aire, según la agencia meteorológica del país. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático también ha dicho que el cambio climático tiene un papel fundamental en las temporadas de incendios”.

El riesgo de una epidemia de poliomielitis continúa siendo una emergencia de salud pública internacional, concluyó un comité de la Organización Mundial para la Salud.

Los expertos aseguran que el progreso de los pasados años se está revirtiendo, con el riesgo de una transmisión transfronteriza en su punto más alto desde el 2014, cuando se declaró la emergencia.

Esto se debe principalmente a la epidemia en Pakistán que se extendió a Irán y a Afganistán. Otra cepa del virus se ha transmitido de Nigeria a Chad, Cote d’Ivoire y Togo, así como entre Filipinas y Malasia.

La OMS recomienda a estos países que declaren, si no lo han hecho, que la interrupción del virus de la polio sea una emergencia de salud nacional y que, entre otras cosas, se aseguren de que todos los residentes y visitantes a largo plazo y de todas las edades reciban una dosis de la vacuna oral.