Según los últimos datos de la oficina de coordinación de asuntos humanitarios (OCHA), más de 6,2 millones de somalíes necesitan ayuda humanitaria. Se estima que cerca de 1,2 millones de niños están malnutridos, 232.000 de ellos de forma grave.

El coordinador humanitario, Mark Lowcock, resaltó que se logró evitar la hambruna en 2017 gracias al esfuerzo conjunto del gobierno, las organizaciones civiles, la población y la comunidad humanitaria.

“El gobierno juega un papel más importante que nunca en liderar la respuesta con las comunidades afectadas y las ONGs locales. Con las transferencias en efectivo, las agencias humanitarias responden ahora más rápidamente y más eficientemente que nunca antes”, agregó.

Sin embargo, “la situación sigue siendo crítica”. “Si bien el número de personas necesitadas ha disminuido, los progresos recientes son frágiles”, declaró.

El plan amplía el trabajo realizado en 2017 y busca permitir a los socios humanitarios continuar sus actividades para prevenir la hambruna.

Más allá de la respuesta humanitaria, la ONU también quiere promover soluciones a largo plazo. El Plan Marco de Reconstrucción y Resiliencia, que también se presentó este martes, aborda las causas de las crisis humanitarias.