Invertir más en audición y dejar a un lado los mitos y el estigma

Un niño hipoacúsico enseña a su padre el lenguaje de signos en Bouaké, Costa de Marfil.
© UNICEF/Frank Dejongh
Un niño hipoacúsico enseña a su padre el lenguaje de signos en Bouaké, Costa de Marfil.

Invertir más en audición y dejar a un lado los mitos y el estigma

Salud

En un mundo que cada vez oye menos, sólo una de cada cinco personas que lo necesitan accede realmente a la rehabilitación auditiva, señala la agencia de la salud en el día dedicado a concienciar sobre el problema que supone la mala audición.

Más de 400 millones de personas en todo el mundo necesitan audífonos, según revela un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero sólo el 80% no puede acceder a ellos, debido a la falta de recursos económicos y humanos, así como a la estigmatización.

"Sólo una de cada cinco personas que lo necesitan accede realmente a la rehabilitación auditiva", afirma la Shelly Chadha, responsable del trabajo de la OMS sobre prevención de la sordera y la pérdida de audición.

En el Día Mundial de la Audición, que se celebra el 3 de marzo, la agencia sanitaria mundial ha llamado repetidamente la atención sobre este problema en constante crecimiento durante los últimos años.

Existen "varios obstáculos" que contribuyen al problema, explica la doctora Chadha, el más importante de los cuales es la escasez mundial de especialistas en audición. Las nuevas directrices de la OMS ayudarán a superar estos obstáculos.

Un mundo que oye menos

Según datos recientes, se prevé que en 2050 casi 2500 millones de personas tendrán algún grado de pérdida de audición, y al menos 700 millones necesitarán rehabilitación auditiva. Además, más de mil millones de adultos jóvenes corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición permanente y evitable causada por prácticas auditivas inseguras.

Para hacer frente a este problema, la OMS se está replanteando la forma de prestar los servicios de audiología, especialmente en lugares donde los recursos, sobre todo humanos, son limitados.

El principio subyacente del nuevo enfoque es el reparto de tareas entre especialistas altamente capacitados y no especialistas capacitados, explicó un experto de la OMS.

"Algunas de las tareas que tradicionalmente recaen en el ámbito de especialistas altamente cualificados, como los audiólogos, pueden ser realizadas por no especialistas con cierta formación", afirma la doctora Chadha, que espera que esto ayude a proporcionar más servicios de audífonos a las personas de países de ingresos bajos y medios.

Invertir en audición

La OMS estima que los problemas de audición sin tratar suponen una pérdida fiscal anual de casi un billón de dólares en todo el mundo. Sin embargo, se necesitan menos de 1,40 de dólares de inversión adicional por persona y año para ampliar los servicios de atención auditiva y del oído.

En un periodo de 10 años, esto promete un rendimiento de casi 16 dólares por cada dólar invertido. Sin embargo, la escasez de recursos humanos junto con la falta de políticas o la financiación insuficiente son sólo una cara del desafío.

Acabar con los mitos y los prejuicios

Incluso en lugares donde el sistema sanitario ofrece pruebas, audífonos y rehabilitación de forma gratuita, la gente no siempre accede a estos servicios, según muestra el estudio.

"Además de los retos que plantea el sistema sanitario, los factores clave que limitan nuestros esfuerzos para prevenir y tratar la pérdida de audición son las percepciones erróneas profundamente arraigadas en la sociedad y las mentalidades estigmatizantes", explica la especialista de la OMS. 

Los mitos de que solo las personas mayores padecen pérdida de audición o la idea de que los audífonos son siempre muy caros o ineficaces perjudican a las personas cuyas vidas podrían ser mucho mejores de otro modo, así como a la economía.

Todos los años, la OMS aprovecha el Día Mundial de la Audición para concienciar sobre el problema, acabar con los estereotipos y las percepciones erróneas y ayudar así a que más personas reciban asistencia para mejorar su vida.