El costo de la información inmediata: la libertad de prensa en la era digital

Fotágrafos en la sede de la ONU en Ginebra. Foto: ONU/Violaine Martin
Fotágrafos en la sede de la ONU en Ginebra. Foto: ONU/Violaine Martin

El costo de la información inmediata: la libertad de prensa en la era digital

En la era digital, el periodismo enfrenta nuevos desafíos. El auge de las redes sociales abrió un nuevo espacio de comunicación, que aunque ayuda a la rápida difusión de los hechos a nivel mundial y a todo tipo de audiencias, también incentiva la desinformación.

En 2016, los conceptos “posverdad” y “noticias falsas” inundaron el nicho periodístico.

Es por ello que este año, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la UNESCO resaltó la importancia de hablar de estos temas y examinar su impacto.

“2016 fue un año especialmente delicado para la libertad de prensa, de expresión y los derechos de comunicación en general, y no por nada, se determinó que la palabra del año era la post verdad, este concepto, combinado con el de noticias falsas, ha dado lugar a preguntas que cuestionan las bases del periodismo libre, independiente y profesional”, asegura Andrés Pascoe Ripe, el encargado de Comunicación e Información de la Oficina de la UNESCO en Santiago de Chile.

La posverdad, es definida por el diccionario de Oxford como “el fenómeno que se produce cuando los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y las creencias personales”.

Es decir, es una situación en la que, sin importar si los hechos son verdaderos o falsos, se toma como verdad lo que encaja con el sistema de creencias de la audiencia.

Esto se observa en artículos y productos multimedia de las redes sociales, donde la información se puede hacer viral sin necesidad de ser verificada y puede terminar haciéndonos creer lo que no es cierto, solo porque nos produce una emoción con la cual nos identificamos.

En este contexto, la prensa enfrenta numerosos retos nuevos, entre ellos reconquistar la confianza del público y cumplir con su misión vital como asegura Pascoe.

“En primer lugar, cómo los medios pueden contribuir a que la información que recibe sea confiable, sea verídica, en un momento en el que en general se tiene que informar de forma muy inmediata. Las redes sociales han cambiado los tiempos y las dinámicas de información y se ha vuelto muy importante que los medios informen de forma inmediata sobre los eventos relevantes; sin embargo, esa inmediatez, no puede remplazar el rigor periodístico ni la protección de la información que se está dando a la sociedad”, aseguró el comunicador.

Agregó que ésta necesidad de informar de manera inmediata también tiene otras consecuencias, ya que puede representar un conflicto entre la libertad de expresión y los derechos humanos.

A veces se cruzan líneas que pueden afectar las garantías fundamentales de las personas en medio de la violencia, el terrorismo, los conflictos armados o los desastres naturales.

“Así lo pudimos ver en Niza con los ataques terroristas que hubo el año pasado, que estábamos viendo entrevistas en vivo de personas que acababan de perder a sus seres queridos, lo cual transgrede un poco los derechos de las víctimas. Entonces, los medios también tienen que tener códigos que les permitan proteger mejor la integridad de la gente al tiempo que informan de forma rigurosa”, dijo.

Estas cuestiones hacen parte de algo que va más allá de la libertad de prensa y son los derechos a la comunicación, al acceso a la información, a la transparencia, a la posibilidad de réplica y a la garantía de que se respetará la dignidad de las personas, advierte el comunicador de la UNESCO.

“Todos estos derechos son fundamentales para el resto de los derechos humanos, porque si no estás bien informado de lo que está pasando en tu entorno y si no puedes expresarte, todos tus derechos humanos estarán siendo vulnerados de una u otra forma”, dijo.

Por supuesto, estos nuevos desafíos derivados de las redes sociales no son las únicas preocupaciones que tienen los periodistas. La seguridad de los comunicadores, entre otros flagelos, continúa siendo un desafío en América Latina.

“En nuestra región hay varios temas que son claves, en primer lugar su seguridad, lo es en México, lo es en Centroamérica, en Venezuela, etc, que los periodistas en el ejercicio de su trabajo pueden verse expuestos a violencia por parte de grupos criminales o sectores radicalizados. La primera garantía es que los periodistas tienen que estar a salvo y tienen que trabajar en condiciones dignas y seguras. En segundo lugar que puedan también tener acceso a la información que necesitan transmitir, y ahí es donde las leyes de transparencia son fundamentales, que los Estados estén obligados a entregar información sobre los recursos, sobre cómo se están efectuando los gastos, sobre cómo, cuales, si hay intereses cruzados, etc.”, aseguró Pascoe.

Pero en la era digital, todas las dimensiones que abarca la responsabilidad de la libertad de prensa ya no solo recaen en los medios y las autoridades, sino en todos los que tenemos acceso a internet advirtió el experto.

“La importancia de ser críticos respecto a la información que recibimos, ya sea de redes sociales, ya sea de medios establecidos, tenemos que siempre ser muy vigilantes sobre qué difundimos y cómo lo difundimos”, dijo.

Esto incluye evitar los discursos de odio o discriminatorios, evitar promover la violencia, y tener empatía con aquellos que sufren, respetando su intimidad.

“Las redes sociales nos dan una genial oportunidad para expresarnos, para transmitir información que nos parece importante, pero también nos dan una responsabilidad y es la responsabilidad de cuidar a los demás. Finalmente de lo que se tratan los derechos de la comunicación, es de cuidarnos a todos a través de la información”, concluyó el representante de la UNESCO.