ONU insta a impulsar el desarme en aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima

Los restos del edificio de la Prefectura Industrial de Hiroshima se conservaron como parte del conjunto de monumentos a la paz. Foto: ONU/DB
Los restos del edificio de la Prefectura Industrial de Hiroshima se conservaron como parte del conjunto de monumentos a la paz. Foto: ONU/DB

ONU insta a impulsar el desarme en aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima

El Secretario General de la ONU afirmó hoy que el mundo necesita más que nunca del espíritu de los hibakusha, término con el que se conoce a los supervivientes de los bombardeos atómicos por Estados Unidos contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, ocurridos en agosto de 1945.

En un mensaje con motivo del 71º aniversario del ataque a Hiroshima, Ban Ki-moon aseveró que la determinación y la perseverancia de esas personas constituyen un ejemplo de defensa de la paz y de la búsqueda de un futuro mejor para todos.

El mensaje de Ban fue leído por el representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Kim Won-soo, en una ceremonia realizada en el Parque de la Paz de Hiroshima.

En el texto, Ban solicitó a todos los Estados superar sus diferencias para lograr la voluntad necesaria para el desarme e hizo un llamamiento especial a las potencias nucleares. Esos países tienen la responsabilidad principal de evitar otra Hiroshima, dijo.

Añadió que esas potencias deben honrar sus compromisos y liderar el camino hacia el diálogo.

Ban recordó que las armas nucleares no distinguen entre géneros, edades, religiones, ideologías o nacionalidades.

El responsable de la ONU concluyó su mensaje con una exhortación a todos los países a continuar luchando por un mundo más seguro y mejor para todos.

El bombardeo atómico de Hiroshima fue cometido por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945. Tres días después, el 9 de agosto, tuvo lugar un bombardeo similar sobre Nagasaki. Según la ONU, más de 200.000 personas murieron en ambos ataques debido a la radiación y, en décadas posteriores, 400.000 más fallecieron por problemas de salud relacionados con las bombas.