La reducción de riesgos de desastre en las Américas es responsabilidad de todos

Imagen de la primera Reunión Ministerial para la Implementación del Marco de Sendai sobre la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas. Foto: Radio ONU/Carla García
Imagen de la primera Reunión Ministerial para la Implementación del Marco de Sendai sobre la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas. Foto: Radio ONU/Carla García

La reducción de riesgos de desastre en las Américas es responsabilidad de todos

Reducir los riesgos de desastres en los países de América compete a toda la sociedad, aseveró hoy el director de la Oficina de la ONU para la Reducción de Riesgos de Desastres (UNISDR) en Asunción, Paraguay, ante más de 170 ministros y delegados de alto nivel de todos los países del continente.

Robert Glasser participó en la inauguración de la Reunión Ministerial para la Implementación del Marco de Sendai en las Américas, donde recordó que esta región del mundo es particularmente vulnerable a los siniestros.

“Las Américas, como todos bien sabemos, es una de las regiones más expuestas del mundo. El Niño y La Niña son uno de los desafíos que enfrentan. El Niño puede estar terminando, pero millones de personas en toda la región siguen amenazadas por la sequía y las inundaciones como resultado del fenómeno. El reciente terremoto en Ecuador subrayó nuevamente lo vulnerable que es la región a los riesgos de gran magnitud”, dijo Glasser.

Agregó que la pobreza sigue siendo una de las causas de los desastres, aunque reconoció que los países del continente han progresado en la preparación para los desastres y en la mitigación de sus efectos.

Recordó que el principal objetivo del Marco de Sendai es disminuir las pérdidas humanas y materiales causadas por los desastres y urgió a los participantes en la conferencia a establecer metas nacionales y regionales a corto y largo plazo para avanzar en ese sentido.

Glasser enfatizó que la reducción de riesgos es una responsabilidad principalmente de los gobiernos, pero añadió que la sociedad civil y el sector privado tienen un papel preponderante en la tarea.

En este sentido, exhortó a las autoridades competentes a cambiar el enfoque actual por uno que coloque a la gente en el centro de las políticas de reducción de riesgos e involucre a la ciudadanía en la labor de construir sociedades más seguras.