Las declaraciones del presidente electo de Filipinas sobre los asesinatos de periodistas son “inaceptables”, denuncian expertos de la ONU

David Kaye, relator especial sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión de la ONU.  Foto: ONU/Jean-Marc Ferré
David Kaye, relator especial sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión de la ONU. Foto: ONU/Jean-Marc Ferré

Las declaraciones del presidente electo de Filipinas sobre los asesinatos de periodistas son “inaceptables”, denuncian expertos de la ONU

Dos relatores de Naciones Unidas urgieron este lunes al presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, a detener inmediatamente la instigación a la violencia.

Los expertos condenaron enérgicamente sus recientes declaraciones en las que sugiere que los periodistas asesinados habrían hecho algo incorrecto que les valió ser víctimas de esos ataques, como si fueran culpables de su destino.

El relator especial sobre ejecuciones sumarias, Cristof Heyns, señaló que un mensaje de esa naturaleza se equipara a una incitación a la violencia y subrayó que es “extremadamente irresponsable e impropio” de cualquier líder, mucho menos de quien asumirá la presidencia de un país democrático.

Por su parte, el relator sobre libertad de opinión y expresión, David Kaye, señaló que justificar el crimen de periodistas sobre la base de cómo conducen sus actividades profesionales puede ser entendido como una señal permisiva para potenciales asesinos de que es aceptable en ciertas circunstancias y no será castigado.

Kaye subrayó que esa posición es aún más perturbadora porque Filipinas aún lucha por asegurar la rendición de cuentas de casos notorios de violencia contra comunicadores, como la masacre de Maguindanao, ocurrida en 2009 y en la que 58 personas fueron asesinadas, entre ellos 34 periodistas.

El presidente electo también cuestionó las garantías legales de los periodistas que son acusados de hacer comentarios difamatorios, dijo el experto.

Esos mensajes provocadores son un indicativo a las personas que están descontentas con el trabajo de los periodistas de que pueden tomar acciones en contra o asesinarlos sin temor a sanciones, apuntó Kaye.