La violencia sexual es una táctica de terror común en Siria e Iraq, advierte la ONU
La violación, la esclavitud sexual y el matrimonio forzoso son abusos que son usados con frecuencia como táctica de terror en Siria e Iraq. Son cometidos de forma generalizada, sistemática y con un alto grado de sofisticación por la mayoría de las partes en conflicto, afirmó hoy la representante especial del Secretario General de la ONU para esas cuestiones.
Tras concluir su misión a países de Medio Oriente, Zainab Bangura dijo en una conferencia de prensa en Nueva York que, según testimonios de sobrevivientes y testigos, las mujeres y las niñas están en situación de riesgo en todo momento, especialmente en áreas de combate, en zonas bajo el dominio de grupos armados, en puntos de control y cruces fronterizos, además de centros de detención.
Bangura describió algunas de las atrocidades: “He oído testimonios sobre la venta y transferencia de mujeres y niñas entre combatientes de los grupos armados como parte de la política económica del conflicto. Las niñas son desnudadas y examinadas en bazares de esclavos, categorizadas y enviadas a Raqqa, Mosul u otras localidades, para ser distribuidas entre los líderes y soldados de ISIS.
El grupo terrorista ISIS que opera en Siria e Iraq, también usa la violencia sexual para el reclutamiento de combatientes bajo la promesa de acceso a mujeres y niñas, además de la recaudación de fondos mediante la venta de esas personas en mercados de esclavos y por medio de rescates pagados por los familiares.
La alta funcionaria destacó que ISIS ha institucionalizado la violencia sexual y la brutalidad contra las mujeres como un aspecto central de su ideología y sus operativos, usándolas como táctica terrorista para cumplir sus objetivos.
También detalló que los países que poseen un gran número de refugiados, las niñas y las mujeres están en gran riesgo de ser víctimas de violaciones y de explotación para la prostitución por parte de redes criminales.
Bangura llamó a los actores estatales y no estatales a cumplir sus obligaciones ante las leyes internacionales humanitarias para prevenir esos abusos y castigar a los actores de esos crímenes.