Annan destaca el papel de las caricaturas en la convivencia mundial
Al inaugurar el seminario contra la intolerancia por medio de las caricaturas, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, destacó la influencia que tienen las caricaturas en diferentes grupos de personas.
“Pueden alentarnos a autocriticarnos y a aumentar nuestra comprensión respecto al sufrimiento y frustraciones de otras personas. Pero también pueden hacer lo contrario”, dijo.
Annan agregó que las imágenes de las caricaturas nos hacen reír y tienen el poder de informar, pero también de ofender.
“Aparte del daño físico, pocas cosas pueden herir más directamente que una caricatura de uno, del grupo a que uno pertenece, o peor aún de alquien que uno respeta profundamente. Las caricaturas pueden tanto expresar, alentar y provocar la intolerancia”, señaló el Secretario General.
No obstante, consideró que prohibir todas las caricaturas que ofenden pueden privarnos de una importante forma de comentario social y político.
“Aún si decidiéramos prohibir únicamente las caricaturas que muchas pesonas consideran profundamente ofensivas, le estaríamos pidiendo al Estado que tomara decisiones muy subjetivas y emprenderíamos el resbaladizo camino hacia la censura”, puntualizó.
Annan sostuvo que lo importante es dejar las decisiones respecto a qué publicar en manos de los editores y los caricaturistas, pero es necesario que estén conscientes de su responsabilidad.
Señaló que en cierto modo, esto implica autocensura, pero ejercitada no por temor, sino en un espíritu de genuino respeto a los sentimientos de otras personas.
No hay nada admirable o cómico en el hecho de expresar más humillación y desprecio hacia cualquier grupo de la sociedad que ya se siento vulnerable o atemorizado, advirtió el titular de la ONU.
Admitió que no hay respuestas claras a estos problemas y destacó la importancia de evitar una repetición de los eventos surgidos a raíz de la publicación de las caricaturas sobre el profeta Mahoma.
Por último, indicó que el seminario es una buena oportunidad para conciliar la libertad de expresión con la necesidad de respetar las creencias y sentimientos de otros.