Consejo de Derechos Humanos: Cuba llama a nuevo órgano a no repetir errores de su antecesora

Consejo de Derechos Humanos: Cuba llama a nuevo órgano a no repetir errores de su antecesora

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, confió en que el nuevo Consejo de Derechos Humanos, del cual forma parte su país, sea relevante para todos los habitantes del planeta y no sólo para los ricos y privilegiados.

En su primera intervención ante el nuevo órgano de la ONU, Pérez Roque dijo que para lograr ese objetivo es necesario que se produzca un cambio radical, “una verdadera revolución en las concepciones y métodos” que acabaron con la Comisión.

Sin embargo, el ministro cubano aclaró que su país no se hace ilusiones de que los países desarrollados estén dispuestos a dar ese paso histórico. Aún así, agregó, les concederá el beneficio de la duda.

“Si se trabaja para hacer realidad las promesas que han sido proclamadas a todos los vientos, se podrá contar con Cuba. Si se repite el pasado y el Consejo vuelve a tornarse en un campo de batalla, se puede contar desde ahora con que Cuba será otra vez un combatiente en las trincheras de ideas del Tercer Mundo”, puntualizó el canciller cubano.

Pérez Roque advirtió que no aceptará que se use en el nuevo Consejo el mecanismo de revisión periódica de los derechos humanos de los países miembros como instrumento de presiones.

El Consejo de Derechos Humanos inauguró ayer su primera sesión –que durará hasta el 30 de junio–, presidida por México y con la presencia de representantes de alto nivel de más de cien países.

Durante este periodo, los delegados comenzarán los trabajos que permitirán hacer del Consejo un órgano más sólido y efectivo en sus funciones que la Comisión que lo antecedió.

El nuevo Consejo, con un estatus de filial de la Asamblea General, celebrará reuniones todo el año, tendrá representación geográfica equitativa y examinará constantemente la situación de los derechos humanos en los países que lo conforman.

El Consejo está formado por 47 miembros –no reelegibles después de dos periodos consecutivos– electos por mayoría en votación directa e individual, que pueden ser retirados del cargo si durante su gestión cometen violaciones a los derechos humanos.