Preservar derecho de asilo y combatir intolerancia, principales desafíos del ACNUR

Preservar derecho de asilo y combatir intolerancia, principales desafíos del ACNUR

media:entermedia_image:4e6f7a33-8da4-4dbe-b9ab-1b795aab62a3
Como organismo de protección, la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) afronta actualmente dos grandes desafíos: la preservación del derecho de asilo y el combate de la intolerancia, un fenómeno que está en aumento, dijo hoy António Guterres, titular de esta agencia.

En un informe al Consejo de Seguridad, el ACNUR se refirió a las dificultades de identificar a quienes necesitan protección de quienes migran por razones socioeconómicas.

Agregó que la ayuda a estas personas debe incorporar medidas contra el fraude y el abuso para salvaguardar así la credibilidad de los sistemas de asilo.

Guterres aseguró que oficina está lista para asistir a los gobiernos en la mejora de su legislación y procesos de asilo y les pidió que tomen medidas enérgicas contra los traficantes de personas. “Proteger a los refugiados también requiere un castigo severo a los que sacan provechote estos movimientos irregulares de población”, apuntó.

Indicó que el ACNUR reconoce el derecho de los países a administrar sus fronteras y definir sus políticas migratorias, pero subrayó que es esencial que dichos mecanismos no interfieran con el derecho de asilo de las personas que necesitan protección internacional y solicitan que se les conceda la condición de refugiados.

El Alto Comisionado consideró que la intolerancia representa un reto todavía mayor ya que se trata de una actitud a menudo alentada por los medios de comunicación, la política y el nacionalismo. “Como resultado, el público es conducido a ver el terrorismo, los problemas de seguridad y el asilo y la migración como colores de la misma gama”, explicó.

“El terrorismo debe combatirse con determinación total. Necesitamos asegurarnos de que no se conceda asilo a los terroristas, pero necesitamos también tener claro que solicitar asilo no es un crimen”, puntualizó Guterres.