El Gobierno de Yemen y los hutíes acuerdan un intercambio de prisioneros

Martin Griffiths en una conferencia de prensa en Rimbo, Suecia.
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Martin Griffiths en una conferencia de prensa en Rimbo, Suecia.

El Gobierno de Yemen y los hutíes acuerdan un intercambio de prisioneros

Paz y seguridad

Por primera vez en más de dos años, las partes en conflicto en Yemen se sentaron frente a frente en Suecia para comenzar un diálogo promovido por la ONU con el que poner fin a casi cuatro años de guerra que han provocado una de las peores crisis humanitarias de la actualidad. El enviado de las Naciones Unidas anunció un acuerdo para el intercambio de prisioneros y recordó a las partes que tienen en sus manos el futuro del país.

Con un llamado a actuar antes de que el porvenir de Yemen sea completamente oscuro, el enviado especial de la ONU para ese país, Martin Griffiths inauguró este jueves en Rimbo, Suecia, las conversaciones preliminares entre las partes enfrentadas, que reanudan así un proceso político interrumpido hace dos años y medio.


El Secretario General de la ONU, António Guterres, acogió con beneplácito el acontecimiento y urgió a los actores del conflicto a mostrar flexibilidad y a comprometerse de buena fe y sin condiciones, reiterándoles que la única salida a la crisis humanitaria que sufren los civiles es un acuerdo político que resulte de un diálogo incluyente.


Al inicio de la sesión, Griffiths instó al gobierno yemenita y a Ansar Allah, conocido como los hutíes, a no perder tiempo y a acabar con una guerra que ha dejado decenas de miles de muertos y que ha colocado a tres cuartas partes de la población en una situación de dependencia de la ayuda humanitaria.


“El futuro de Yemen está en manos de los que se reúnen en esta sala, las instituciones nacionales están en riesgo, la fragmentación del país es muy preocupante y debemos actuar ahora, antes de que perdamos control sobre el futuro de Yemen. Ustedes han manifestado su compromiso con una solución política… Trabajemos con buena voluntad, buena fe, energía y convicción y llevemos un mensaje de paz al pueblo yemenita”, dijo Griffiths.

El futuro de Yemen está en manos de los que se reúnen en esta sala


Intercambio de prisioneros


Luego de anunciar la firma de un acuerdo para el intercambio de prisioneros, detenidos y desaparecidos, el diplomático señaló que ambas partes se han pronunciado por una reducción de la violencia, un gesto al que calificó como buen telón de fondo para las charlas. “Es una muestra de que las intenciones son serias”, apuntó.


Agregó que el intercambio de prisioneros es un “tributo enorme” tanto a los negociadores como a los miles de personas y familias que quieren reunirse con sus seres queridos.


Con respecto a la disminución de los enfrentamientos consideró que tendrán un impacto importante en la población civil y que darán a los yemenitas una señal del compromiso de las partes enfrentadas con una solución política.


Griffith expresó confianza en que esta ronda de conversaciones culmine con el borrador que conduzca a una hoja de ruta para la paz.


Contexto de la reunión


Antes de esta reunión, en enviado había convocado a las partes a un encuentro en Ginebra en septiembre pasado, pero la situación no permitió que la delegación hutí pudiera viajar hasta la ciudad suiza.


En la víspera de las charlas en Suecia, un avión fletado por la ONU evacuó de la capital Saná, controlada por la oposición, a unos 50 yemenitas gravemente heridos y los llevó a centros médicos en Omán para recibir tratamiento, un acontecimiento destacado como crítico para fomentar la confianza antes de las conversaciones.


Las cifras de las Naciones Unidas reportan que 22 millones de personas, o más del 75% de la población precisan de asistencia humanitaria y protección, y que 8 millones de ellas están al borde de la hambruna.


El conflicto en Yemen escaló a principios de 2015, tras la intervención militar de Arabia Saudita contra la insurgencia hutíe a solicitud del gobierno. 


Además de la pérdida de vidas resultada de los bombardeos aéreos y las hostilidades en tierra, la violencia ha destruido las infraestructuras de sanidad, agua y saneamiento, dando lugar a múltiples brotes de cólera y otras enfermedades.


De acuerdo con las agencias humanitarias, todos los actores del conflicto han mostrado una completa falta de respeto por las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos y han impedido la entrega oportuna de ayuda humanitaria a la población necesitada.

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