UNAMA insta a respetar los derechos humanos de todos los afganos
El asalto a la concentración tuvo lugar el pasado 23 de julio cuando dos asaltantes suicidas detonaron los cinturones explosivos que llevaban pegados a sus cuerpos contra los manifestantes de la comunidad Hazara, principalmente chiita.
El ataque causó 85 muertos y más de 400 heridos y fue reivindicado por el ISIS.
El informe investigó el contexto en que se llevó a cabo la manifestación y la planificación de las fuerzas de seguridad afganas ante el evento, así como su comportamiento durante la manifestación, la respuesta inmediata al ataque y sus consecuencias.
El reporte concluye que el ataque buscó atacar deliberadamente a los manifestantes con el objetivo aparente de sembrar el terror entre la población civil congregada en el evento y constituyó una violación grave del derecho internacional humanitario, hecho que podría constituir un crimen de guerra.
Además, indica que el asalto tuvo como presunto objetivo a civiles de una etnia y comunidad específicas y resalta su impacto negativo en el derecho a la libre expresión y asamblea de los manifestantes.
La Misión de la ONU señaló que el comunicado emitido por el ISIS tras el ataque empleó un lenguaje a favor del odio religioso y la violencia que ha sido replicado en dos nuevos asaltos a comunidades chiitas.
Finalmente, el informe de UNAMA ofrece recomendaciones para promover el respeto a los derechos humanos de todos los afganos así como la finalización y puesta en marcha de una estrategia para prevenir el extremismo violento.