El cursillo explica la vulnerabilidad de los migrantes irregulares y enfatiza la necesidad de que se respeten y protejan sus derechos humanos.

Según la OIM, en ese país centroamericano viven unos 195.000 trabajadores migratorios, la mayoría provenientes de naciones vecinas.

Las sesiones de capacitación tienen lugar en las regiones con mayor población de migrantes y consisten en concienciar a los inspectores sobre la exposición de estos trabajadores a la explotación y la trata, además de otras dificultades que afrontan.

La coordinadora del proyecto de la OIM, Sofía Salas, explicó que el entrenamiento subraya el papel de los inspectores en la labor de velar por las garantías de los trabajadores migrantes y detectar las violaciones a sus derechos.