Al pronunciar su discurso ante el pleno de la Asamblea General, Lavrov afirmó que la reciente crisis en el Cáucaso dejó en evidencia la debilidad del sistema de seguridad europeo, cuya peor falla es que responde a un mundo unipolar.

En este sentido, el canciller ruso instó a analizar estos eventos para ilustrar los peligros que supone la concepción de un mundo en el que todas las decisiones emanan de un solo centro.

“La crisis en el Cáucaso probó una vez más que es imposible o hasta desastroso tratar de resolver los problemas existentes con la ceguera de un mundo unipolar. El precio que tenemos que pagar en vidas y destino de la gente es muy alto”, recalcó.

Por otra parte, recordó que a la luz de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la cohesión internacional suscitó una esperanza de unidad que se esfumó con la falsedad de los argumentos para invadir Iraq y con las acciones encaminadas a crear un mundo unipolar.

Así, de manera artificial, se dio lugar a la crisis más grande, que aún está muy lejos de ser resuelta, dijo el canciller ruso.

Agregó que por esto, es imperativo que la ONU cumpla con la tarea de ser un centro de visión policéntrica del mundo.

“Como nunca antes, es importante que todos los Estados reafirmen su compromiso con las Naciones Unidas como un foro mundial no alternativo con mandato universal y legitimidad reconocida, como un centro de debate abierto y franco, coordinador de políticas mundiales, de principios equitativos y sin dobles estándares”, subrayó Lavrov.