Según datos de Naciones Unidas, 2,5 millones de personas fueron afectadas por las inundaciones que siguieron a cuatro días de tormentas producidas por el ciclón Yemyin.

El siniestro dejó como saldo, además, 296 muertos, 195 desaparecidos y más de 377.000 desplazados.

“Los organismos de la ONU y las ONG colaboran con las autoridades paquistaníes para hacer llegar asistencia urgente a la población más necesitada tras el desastre”, señaló John Holmes, coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU.

Agregó que la comunidad internacional debe actuar rápidamente para evitar mayores sufrimientos a los paquistaníes siniestrados. “Urjo al mundo a responder pronta y generosamente a este llamado. Si no lo hacemos, la situación de esta gente se deteriorará aún más”, subrayó.

Por el momento, muchos afectados se han refugiado con familiares, viven en escuelas o han improvisado albergues. En este sentido, la OCHA destacó la necesidad de distribuir materiales que permitan levantar refugios de emergencia y que luego sirvan para reconstruir las viviendas.

Asimismo, advirtió el riesgo de enfermedades debido a la contaminación del agua de los pozos y alertó sobre una posible escasez de alimentos en vista de que la mayor parte de la población vive de la agricultura y el pastoreo.