Al terminar una visita de dos días a la nación caribeña, Arbour consideró que la situación de los derechos humanos es preocupante, pero aclaró que éste no es el único motivo de alarma.

“Creo que es un momento muy importante en el que se pueden hacer progresos si existe una solidaridad de todos los actores implicados. Hace falta un compromiso a todos los niveles. Hace falta, por ejemplo, combatir las condiciones de detención en un aparato de justicia con grandes fallas, pero también urge combatir la pobreza en todos los ámbitos donde se observan violaciones muy graves de los derechos de los ciudadanos a la educación, la salud y la vivienda”, dijo.

La Alta Comisionada hizo hincapié en la violación de los derechos civiles y políticos y expresó gran preocupación por las ejecuciones extrajudiciales y las detenciones arbitrarias.

En conferencia de prensa al concluir su misión en Haití, Arbour destacó la precariedad de la situación económica y social en el país.

Explicó que en su visita a la ciudad de Gonaïves le permitió observar a una población golpeada por numerosos desastres naturales y humanos. Agregó que los niños haitianos son víctimas de la violencia y carecen de acceso a servicios básicos. Sin embargo, dijo, los haitianos son combativos y no se rinden frente a la adversidad.

Por último, Arbour reiteró la disposición de su Oficina de asistir al gobierno y a la sociedad de Haití en la instauración del estado de derecho en el país.

La agenda en Haití de la Alta Comisionada incluyó reuniones con el presidente, René Préval; con el primer ministro, Jacques Edouard Alexis, y con miembros de organizaciones civiles relacionadas con los derechos humanos.