El informe describe las experiencias exitosas de un centenar de países, entre otros Costa Rica, India, Japón y Estados Unidos.

El año pasado, más de 70.000 personas perecieron en 700 desastres que afectaron a 600 millones de hombres mujeres y niños, y causaron daños por 65.000 millones de dólares.

Sálvano Briceño, director de la Secretaría, explicó que la respuesta a las amenazas naturales es inherente a las comunidades que ha vivido a través de la historia en riesgo constante.

“Lo nuevo son algunas metodologías, algunas tecnologías que se pueden aplicar con más eficacia, con más efectividad; pero las comunidades que viven, por ejemplo en las faldas de un volcán o que viven en una zona de riesgo sísmico, se componen de gente que conoce y sabe adaptarse de forma muy efectiva a los desastres”, agregó.

En enero del año próximo, tendrá lugar una Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres Naturales, en Kobe, Japón.