Son niños, pero son esclavos modernos. No tienen libertad, no reciben remuneración. Trabajan desde que amanece hasta que oscurece. Se ocupan de las tareas domésticas, algunos con apenas 5 años.

En Haití los llaman “restavek”, un término en creol que significa literalmente que “viven en la casa”. Ese sistema era usado en el pasado para enviar a los niños a vivir con familiares adinerados que les ofrecían una mejor educación.

Pero esa práctica ha degenerado en una forma de trata para explotación doméstica, que se vale de intermediarios encargados de reclutar a los niños.

La ONU estima que hay unos 225.000 menores haitianos en esa situación, en su mayoría niñas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), alertó que el uso de los restavek ha empeorado tras el devastador terremoto de enero de 2010.

En una entrevista con la OIT, Jean-Robert Cadet, quien fue víctima de esa explotación cuando niño, cuenta su historia.

Duración: 3’14”

Producción: Rocío Franco