El Foro Urbano Mundial, la conferencia anual de la ONU sobre ciudades y comunidades presenta este año la exposición audiovisual “Plasmando voces de migrantes en ciudades”, que muestra la diversidad de migrantes con la intención de reducir los estereotipos y la xenofobia.

Yanmei Lee llegó a Sudáfrica de vacaciones hace 30 años y nunca se fue. Durante el tiempo que ha vivido en su ciudad adoptiva ha logrado muchas cosas importantes, entre ellas administrar un negocio de belleza y masajes y un bar, además de trabajar como doble especializada en escenas peligrosas, un oficio que la llevó a trabajar en una producción de Hollywood con el actor Denzel Washington.

Nyamdulam y su familia se mudaron de la Mongolia rural a la capital Ulaanbaatar en 2010, cuando no pudieron continuar viviendo de su actividad como pastores. Al principio habitaban en un dormitorio pequeño y sus hijos no podían asistir al jardín de niños porque no estaban registrados en la ciudad.

Ahora la familia se ha ajustado a la vida en la ciudad. Han hecho amistades, Nyamdulam es funcionaria en el Gobierno local y todos sus hijos van a la escuela.

Luvia es una mujer transgénero que vive en Buenos Aires, Argentina. Una de las razones por las que se mudó a ese país fue la Ley de Identidad de Género, vigente desde 2012, que le permite vivir como mujer. Después de un periodo difícil y solitario, ahora tiene una novia y la ciudad le gusta cada vez más.

Los Lumads, un pueblo inígenas de Filipinas, están siendo expulsados de sus tierras ancestrales por las compañías mineras multinacionales que expanden sus operaciones.

La alianza de ONG SOS Network alberga a los Lumads en la Universidad de Filipinas en la ciudad de Quezon. Algunos Lumads han viajado a la capital del país, Manila, para crear conciencia sobre su situación y experiencias.

Teddy, originario de la República Democrática del Congo, migró a Sudáfrica hace muchos años. Trabaja en un restaurante en Hout Bay.

Sin embargo, su estatus migratorio aún no se ha resuelto: después de un cambio de política ahora está obligado a regresar a su ciudad natal en su país cada vez que necesita renovar el permiso de trabajo en Sudáfrica. Recientemente se llevó a su esposa a vivir con él, aunque ella carece de autorización para trabar.

La violencia en la República Democrática del Congo forzó a Marisa a abandonar su hogar y migrar a Koboko, en el norte de Uganda, donde vive muy modestamente de vender en el mercado comida hecha en casa. Marisa se lleva bien con otras mujeres del lugar. Debe levantarse muy temprano porque no puede pagar el transporte público.

ONU Hábitat ayuda a mejorar la vida en las ciudades de los migrantes, refugiados y desplazados mediante proyectos diseñados para beneficiar tanto a los migrantes como a las comunidades que los acogen.