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Se estima que en el estado de Rakhine, en Myanmar, hay un millón de rohinyás, un grupo musulmán minoritario no reconocido por el gobierno del país. Desde 1962, los distintos gobiernos de Myanmar han ido despojando a la población rohinyá de sus derechos políticos y civiles, incluida la nacionalidad. En la foto, un grupo de mujeres en el campamento para desplazados internos en Basara, a las afueras de la localidad de Rakhine, en diciembre de 2013.
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Actualmente, la región habitada por los rohinyás es la menos desarrollada de Myanmar. El Banco Mundial estima que el índice de pobreza alcanza ende la zona el 78 %, lo que contrasta con el 38 % del resto del país. Fotografía de un niño fuera de la cabaña de su familia en Basara, en los alrededores de Sittwe, en diciembre de 2013. IRIN/David Longstreath
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La última oleada de violencia, que estalló el 25 de agosto en el estado de Rakhine, incluye, según distintos informes, la quema de aldeas, la colocación de minas terrestres, las ejecuciones extrajudiciales y las violaciones. El 11 de septiembre, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein, declaró que la situación parecía un clásico ejemplo de depuración étnica. Fotografía de un grupo de desplazados cerca de Sittwe en diciembre de 2013.
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Los trabajadores humanitarios en la frontera señalaron que la gente con la que han hablado se encuentra traumatizada y en estado de vulnerabilidad. El portavoz de la OIM Asia-Pacífico, Chris Lom, indicó mientras hablaba con Noticias ONU en Cox’s Bazar que hay cientos de personas que han acampado en prácticamente cualquier espacio libre, ya sea un pedazo de tierra embarrado o una ladera. Fotografía de dos refugiados que esperan a los barcos para cruzar la frontera a través del río Naf.
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De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), alrededor de un 60 % de los refugiados rohinyás –sobre 200.000– son niños. En los últimos días, esta agencia ha identificado a más de 1100 niños separados de sus familias y se espera que el número aumente.
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Los bienes básicos, como el alimento y el agua, junto con el refugio, constituyen la principal prioridad para los organismos de la ONU que están ayudando a quienes huyen. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) se encuentra especialmente preocupado por las mujeres y los niños que llegan hambrientos y malnutridos.
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El PMA está proporcionando alimento –como galletas de alto contenido energético, comida caliente o cupones electrónicos– a los recién llegados que se registran con Naciones Unidas.
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Dos vuelos con ayuda para los refugiados llegaron el 12 de septiembre a Bangladés. Según el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), en ellos se transportó material para la construcción de alojamiento, contenedores de líquidos, mantas, esterillas para dormir y otros artículos esenciales para los 25.000 refugiados. Fotografía de varios grupos de refugiados montando su alojamiento temporal entre los campos de arroz tras haber cruzado la frontera.
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a ONU ha lanzado un llamamiento de emergencia para los refugiados rohinyás, pidiendo 77 millones de dólares para ayudar a aproximadamente 300.000 personas en los próximos tres meses. La financiación ayudaría a proporcionar artículos básicos para los nuevos inmigrantes, los campos y las comunidades de acogida.
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El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha alentado a todos los países a que contribuyan en las labores de ayuda humanitaria. Asimismo, ha apelado a las autoridades de Myanmar para que suspendan la actividad militar, terminen con la violencia, defiendan el Estado de derecho y reconozcan el derecho de retorno de todos aquellos que han abandonado el país.