Seis meses después de la invasión a gran escala a la Franja de Gaza, 30.000 palestinos han muerto, decenas de niños han muerto de hambre y más de medio millón de ciudadanos de Gaza se enfrentan a la inanición. Mientras Israel sigue bombardeando el territorio ocupado y restringiendo la entrada de bienes vitales, la ONU se apresura a responder.

La Agencia para los Refugiados Palestinos, UNRWA, informa de que la reducción del 50% de las entregas de ayuda a Gaza se debe a la falta de voluntad política y de garantías de seguridad de las operaciones militares israelíes en medio del colapso del orden civil.

A medida que se agrava la crisis, los medios de comunicación informan de que algunos países eluden las restricciones israelíes lanzando desde el aire paquetes de alimentos, y Estados Unidos planea construir un puerto temporal en Gaza para garantizar las entregas de ayuda.

A Leen, de dos años, le miden el perímetro braquial, lo que indica desnutrición aguda grave, pérdida drástica de peso y atrofia muscular. La agencia de la ONU para la infancia (UNICEF) intervino, y Leen fue trasladada al hospital Al Awda para recibir tratamiento y atención especializada a mediados de febrero.

Un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) visitó en enero el Complejo Médico Nasser de Khan Younis, en el sur de Gaza, para entregar suministros médicos de emergencia y equipos de traumatología.

"Los niños que han sobrevivido a los bombardeos pueden no sobrevivir a una hambruna", declaró el director  de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al informar de que uno de cada seis jóvenes de Gaza está actualmente peligrosamente desnutrido.

Debido a las continuas restricciones de la ayuda humanitaria, los recién nacidos son extremadamente vulnerables a la desnutrición, ya que sus madres no consumen suficientes alimentos para poder amamantar a sus hijos. 

Muchos niños de la Franja muestran signos de desnutrición aguda grave y pérdida drástica de peso, según UNICEF. Akram, de tres años, visitó una tienda de detección de desnutrición en Rafah, en el sur de Gaza, a mediados de febrero.

Las agencias de la ONU y la Media Luna Roja Palestina desplegaron misiones de emergencia en los hospitales de Gaza a finales de febrero para evaluar las condiciones y entregar ayuda vital y suministros médicos.

El 20 de febrero, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU se vio obligado a interrumpir las entregas de ayuda vital en el norte de Gaza debido a la falta de seguridad. Una caravana de 14 camiones del PMA intentó entregar ayuda el 5 de marzo, pero fue rechazado por las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI).

Al menos 20 niños han muerto de inanición en el enclave asediado y bombardeado, entre ellos recientemente un bebé de 14 días, según informan los medios de comunicación.

Las agencias de la ONU consiguieron entregar 9500 litros de combustible y suministros médicos esenciales al hospital Al-Adwa, en el norte de Gaza.

El volumen de ayuda que llega a Gaza dista mucho de ser suficiente para satisfacer las crecientes necesidades de una población que se enfrenta a un asedio total desde octubre, cuando Israel cortó la electricidad y el agua al tiempo que restringía severamente la entrada de ayuda al enclave, según la Oficina de Coordinación de Ayuda humanitaria de la ONU (OCHA).

Un empleado de UNRWA recoge información de una madre que sostiene a su bebé de seis días, nacido en el Hospital Al Amal de Khan Younis, donde una misión conjunta de la ONU realizó una visita en febrero.

En colaboración con seis socios, , el Programa Mundial de Alimentos (PMA) está ayudando a proporcionar comidas a las familias de Gaza, donde el 85% de los 2,2 millones de habitantes del enclave han sido desplazados.