La salud reproductiva es la columna vertebral de la salud de la mujer

Una mujer asiste a una sesión de sensibilización sobre la violencia de género en Malí.

El Estado y la sociedad tienen que reconocer que algunas normas sociales son nocivas, que no conducen al desarrollo de esa sociedad.

© UNFPA Mali/Amadou Maiga
Una mujer asiste a una sesión de sensibilización sobre la violencia de género en Malí.

La salud reproductiva es la columna vertebral de la salud de la mujer

Mujer

La mortalidad materna en Mali es 35 veces mayor que la de los países en desarrollo en gran parte debido a la carencia de servicios de salud reproductiva y sexual propiciada por un conflicto armado que dura ya más de diez años. La ONU, a través del Fondo de Población, ayuda a mitigar esas carencias.

Desde hace más de una década, Mali vive un conflicto armado que ha generado desplazamientos masivos de población en busca de seguridad, sobre todo en el norte de su territorio. 

La ONU tuvo una operación de paz que debió retirarse a fines del año pasado a solicitud del gobierno maliense; sin embargo, una de cada tres personas sigue precisando ayuda humanitaria y protección en el país.

La violencia y la movilidad humana han perjudicado de forma desproporcionada a las mujeres, que se han quedado prácticamente sin acceso a los servicios de salud reproductiva y sexual y han visto un aumento alarmante en las muertes de mujeres durante el embarazo o el parto, además de sufrir más violencia de género y toda clase de atropellos de sus derechos.

De acuerdo con datos de 2023 del Fondo de Población de la ONU (UNFPA) la tasa de mortalidad materna en Mali alcanza 440 decesos por cada 100.000 nacidos vivos, un número 35 veces superior al registrado en los países desarrollados.

Las mujeres desplazadas o que viven en las zonas de conflicto necesitan con urgencia acceso a servicios de salud materna, atención obstétrica en condiciones seguras y protección de sus derechos humanos.

El Fondo de Población mantiene una presencia importante en Mali con el propósito de promover y apoyar los servicios de salud sexual y reproductiva de la mujer con un enfoque holístico y acorde con los deseos de los propios malienses, según explicó Yves Sassenrath, representante en Mali de esa agencia en una entrevista con Noticias ONU.

Sociedad patriarcal

Noticias ONU: ¿Puede darnos una idea de cuál es la situación en Mali? 

Yves Sassenrath: Mali es un país enorme en el Sahel. Es un país que en los últimos doce años ha vivido en un estado de crisis, después de la erosión de Libia y los cambios geopolíticos de la región. Es un país enorme donde el Estado poco a poco ha perdido un poco su existencia a nivel local, generando zonas donde los grupos armados han reemplazado al Estado.

Eso se suma a que es un país multiétnico, cuya religión predominante es el islam. Pero es un país también que tiene unas normas sociales y costumbres ancestrales muy importantes, basadas en una sociedad muy patriarcal. 

Hemos hecho un censo de población: tenemos unos 23 millones de malienses y una gran parte vive todavía en las zonas rurales. Pero por temas de cambio climático, inseguridad, guerra civil con los grupos armados, toda la gente que tiene alguna habilidad, alguna profesión, se ha ido del país en la diáspora o se va a los centros urbanos, dejando [atrás] a una gran parte de la sociedad, la mayoría mujeres y niñas en edad de procrear, en las zonas rurales.

Noticias ONU: ¿Cómo hace entonces el UNFPA para aportarles un apoyo? Porque, como ha dicho, es un país muy grande, las distancias son muy largas.

Yves Sassenrath: El UNFPA tiene tres objetivos principales en todos los países. El primero es reducir las muertes maternas que podemos prevenir. El segundo (…) la planificación familiar. El tercer objetivo es todo lo que tiene que ver con las prácticas nocivas, las fístulas obstétricas, la mutilación genital femenina, la violencia basada en género, que tienen gran incidencia en las sociedades así, más patriarcales.

El UNFPA ha multiplicado por 18 su presupuesto humanitario en los últimos dos años. Somos una agencia tanto de desarrollo como humanitaria, un poco como UNICEF, y tenemos un rol muy importante en el área de protección de la salud de la mujer y contra la violencia en la comunidad. Todo en el marco de la arquitectura humanitaria del sistema de las Naciones Unidas. 

Mujeres asisten a una sesión de sensibilización sobre la violencia de género en Malí.
© UNFPA Mali/Amadou Maiga
Mujeres asisten a una sesión de sensibilización sobre la violencia de género en Malí.

Mutilación genital femenina

Noticias ONU: Nos ha hablado de un éxodo y nos ha hablado de una sociedad patriarcal. ¿Cómo hace el UNFPA para llevar a cabo esos tres objetivos con la ideología que conlleva un marco patriarcal?

Yves Sassenrath: Es importante entender que el mandato que tiene el UNFPA es un mandato complejo. Estoy hablando (…) del 30º aniversario de la agenda de El Cairo, que es la agenda de población y desarrollo, una agenda tradicionalmente muy cuestionada, que recibe mucha resistencia porque se trata de cómo las poblaciones y los Estados conciben su (…) su visión ética de la familia, lo que es importante para el bienestar del ser humano en la familia.

En la historia humana, yo personalmente no he visto que esos cambios vengan desde afuera, esos son cambios que vienen desde dentro. El Estado y la sociedad tienen que reconocer que algunas normas sociales son nocivas, que no conducen al desarrollo de esa sociedad. 

Tenemos hoy todavía sociedades como Mali, donde hasta el 90% de las niñas están mutiladas. En otras palabras, se les cortan los genitales al año o los dos años con métodos brutales, inhumanos, sin ninguna medida de higiene. Esta práctica solamente se puede cambiar desde dentro porque tiene sus raíces también en la pobreza, en la desesperación, pero también tiene ramificaciones económicas. Para hacer esos cambios, el UNFPA está desarrollando su plan de país para los próximos cinco años. 

Hemos entendido claramente que tenemos que trabajar con la idea de que son ellos mismos que tienen que hacer cambios en sus propias comunidades. Tenemos que apoyarlos y acompañarlos, no venir a dar lecciones, sino acompañar y dar información.

Es muy importante invertir en la juventud, invertir en grupos de base, grupos locales u ONG internacionales para darles las plataformas, el espacio de voz para que ellos mismos se puedan movilizar para ellas, para ellos. En esos países hay la conciencia de que quieren hacerlo ellos mismos y creo que ahí tenemos una oportunidad muy grande.

Un equipo de salud móvil realiza una sesión informativa en el centro de Barigondaga.
© UNFPA Mali/Amadou Maiga
Un equipo de salud móvil realiza una sesión informativa en el centro de Barigondaga.

Las parteras, actrices centrales en la salud de la mujer

Noticias ONU: ¿Entonces es un poco un cambio del cómo? ¿Cómo se aborda, cómo se da la información y que ellos la tomen y la implementen a su manera? 

Yves Sassenrath: Sí, sí, ese es nuestro escudo de pantalla más importante: el tema de la salud de la mujer. Lo llamo salud de la mujer porque nuestro acercamiento al tema es un acercamiento de población, somos el Fondo de Población, entonces, población es un círculo de la vida, desde el nacimiento hasta el final de la vida. El foco principal es la mujer, la mujer en su edad de reproducción. Desde que nace, tiene su menstruación, es una mujer en edad de procrear hasta la menopausia. 

Nos damos cuenta de que el aparato reproductivo de la mujer, su salud reproductiva, sexual y maternal es la columna vertebral de la salud de la mujer. Por eso, el foco del UNFPA es la salud reproductiva materna como columna central de la salud de la mujer. Y ahí hablamos también de salud mental, de bienestar mental. Cuando hablamos de prácticas nocivas, de violencia basada en la primera lesión, que es siempre la mental, la lesión del alma, la lesión que no se ve. Es muy importante tener un enfoque, un acercamiento más holístico frente a la mujer y su salud y su bienestar. 

Hemos identificado un eslabón muy importante en la cadena del acceso a la salud, que es la partera. La partera juega un rol fundamental en esa visión porque, en esas sociedades, no es solamente la persona que se ocupa de la mujer embarazada, sino una profesional de salud que en muchas ocasiones es la única y la primera profesional de salud que la mujer tuareg (…) ahí arriba, en el desierto, va a encontrar. Y cuando una mujer encuentra a una profesional de salud, hay una realidad que nunca se debe olvidar: son personas que quieren entender cuál es la situación de una mujer que tiene su menstruación, si tiene acceso al agua cuando está desplazada, cuando está en la mitad de la nada sin absolutamente ningún sistema sanitario.

Hay muchísimos problemas dermatológicos, infecciones, muchas cosas que la mujer esconde. Nadie la escucha, nadie lo sabe y esta partera es muchas veces el punto de acceso para la mujer y la salud al mismo tiempo. Además, esas parteras están formadas para detectar los síntomas de la primera línea de la violencia.

La partera es parte de nuestra lucha para reducir la mortalidad materna, pero también para tener un enfoque más holístico a la salud integral de la mujer. Tenemos una red de unas 500 parteras con el gobierno que no son parte del UNFPA, son compartidas, con contratos con las comunidades.

La ONU está para acompañarlos, no para juzgarlos

Noticias ONU: Usted ha mencionado que Mali quiere tomar las cosas en sus manos. ¿Qué le dice usted (…) a los jóvenes que están llevando estos cambios adelante en Mali? ¿Cuál es el mensaje que les da?

Yves Sassenrath: Primero, que la historia es el juez más justo de la humanidad, y que tienen una responsabilidad hermosa. Pero al mismo tiempo terriblemente pesada. En sus manos tienen el deber de liderar y guiar a su población, a sus sociedades, en un mundo que se está desarrollando muy rápidamente, un mundo de tecnología. Un mundo donde tienen una ventaja demográfica enorme y tienen ahorita la oportunidad de aprender del pasado, de lo que no ha funcionado y sacar lo máximo para sus sociedades, que son de mayoría joven, para que realmente participen en este mundo y no se cierren.

Los animo a mantener los Estados seculares, en el sentido de crear oportunidades para que los que están en la diáspora pueden tener la fe de regresar y construir un futuro mejor para ellos mismos. Y les digo que la ONU (…) está ahí para acompañarlos, no para juzgarlos, para acompañarlos y hacer lo máximo que se pueda lograr.