Las personas con discapacidad en los países en desarrollo pueden verse particularmente afectadas por la pandemia de COVID-19.

La crisis provocada del coronavirus, una oportunidad para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible

PNUD/Bangladesh/Fahad Kaizer
Las personas con discapacidad en los países en desarrollo pueden verse particularmente afectadas por la pandemia de COVID-19.

La crisis provocada del coronavirus, una oportunidad para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Objetivos de Desarrollo Sostenible

La propagación de la pandemia del coronavirus tanto en los países desarrollados como los que se encuentran en desarrollo "expone las fragilidades y desigualdades de nuestras sociedades", admite la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas.

En una entrevista con Noticias ONU, Amina Mohammed explicó que la crisis mundial desatada por el virus podría y debería impulsar los esfuerzos para alcanzar las diecisiete metas acordadas a nivel mundial para erradicar la pobreza, crear un mundo más igualitario y pacífico y proteger el planeta, o sea los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, pronuncia el discurso de apertura del Sexto Foro Regional Africano sobre Desarrollo Sostenible en Zimbabwe.
ONU/Daniel Getachew
La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, pronuncia el discurso de apertura del Sexto Foro Regional Africano sobre Desarrollo Sostenible en Zimbabwe.

¿Le preocupa que aumenten las desigualdades mundiales a consecuencia de la pandemia del coronavirus?

Estoy muy preocupada. La COVID-19 multiplica las amenazas. Tenemos una emergencia sanitaria, a la que se une una urgencia humanitaria y una crisis de desarrollo. Estas emergencias están agravando las desigualdades que ya existían previamente. En las economías avanzadas vemos mayores tasas de mortalidad entre los grupos ya de por sí marginados. Y la crisis afectará aún más a las poblaciones vulnerables en los países en desarrollo.

Los sistemas de salud débiles no podrán enfrentarse a la situación. Los sistemas de protección social deficientes corren el riesgo de abocar de nuevo a millones de personas en la pobreza. Y los gobiernos con poca capacidad económica no podrán atenuar los impactos o recuperarse rápidamente. La pandemia afectará a todas las personas.

Nadie será capaz de superar esta situación por sí solo. Para que todas las personas salgan reforzadas de la pandemia de la COVID-19 será necesaria una extraordinaria muestra de solidaridad o nos arriesgamos a que grandes cantidades de población queden más rezagadas. Cualquier aumento de esta brecha representa una amenaza de que la gente caiga en la pobreza, perdiendo los logros que tanto les costó conseguir y debilita nuestros sistemas para responder a la siguiente emergencia.

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En Abyan (Yemen), las familias desplazadas por la inseguridad recogen kits de higiene básica mientras practican el distanciamiento social.
UNICEF
En Abyan (Yemen), las familias desplazadas por la inseguridad recogen kits de higiene básica mientras practican el distanciamiento social.

¿En qué medida cree que la COVID-19 contribuirá a aumentar los ya graves niveles de pobreza en el mundo en desarrollo?

Estamos aprendiendo cómo esta pandemia expone las fragilidades y desigualdades de nuestras sociedades a varios niveles. El Fondo Monetario Internacional prevé una brusca contracción económica de un -3% durante este año. La Organización Internacional del Trabajo advierte que 1600 millones de trabajadores de la economía informal -casi la mitad de la fuerza de trabajo mundial- corren el peligro inmediato de que se destruyan sus medios de vida. Y las remesas a los países en desarrollo ya han disminuido en un 20%.

Todo esto contribuirá a aumentar las tasas de pobreza. De hecho, el Banco Mundial estima que unos 49 millones de personas podrían volver a caer en la pobreza extrema.

Pero esta situación no es inevitable. A nivel mundial, disponemos de los instrumentos para dotar a los países en desarrollo del suficiente margen presupuestario y los recursos necesarios que sostengan los ingresos de las personas más pobres, protejan a las comunidades de los peores impactos y prepararse para la recuperación.

Y a partir de ahí podemos recuperarnos mejor: aumentando la cobertura de los servicios básicos y generando empleos verdes para una recuperación ecológica.

Los trabajadores de la salud en Siria están preocupados por la vulnerabilidad de las mujeres y niñas durante la pandemia de coronavirus
UNFPA Siria
Los trabajadores de la salud en Siria están preocupados por la vulnerabilidad de las mujeres y niñas durante la pandemia de coronavirus

¿Espera que la pandemia afecte de manera desproporcionada a las mujeres?

Las mujeres ocupan la primera fila en esta crisis. Son de las primeras en responder a las llamadas de socorro, encuentran soluciones innovadoras y se enfrentan a la pandemia en calidad de líderes políticas.

Aunque estén muriendo más hombres que mujeres a consecuencia del coronavirus, ellas soportan el peso de la pandemia de otro modo. Representan casi el 60% de la economía informal, ganan menos y corren un mayor riesgo de caer en la pobreza, constituyen el grupo más grande del mundo de personas mayores, tienen más probabilidades de vivir solas y menos de tener acceso a internet o a teléfonos móviles, una situación que aumenta su riesgo de aislamiento.

Al mismo tiempo, hemos visto un aumento aterrador de la violencia contra las mujeres. Sabemos que quedarse en casa propicia la "tormenta perfecta" para la violencia doméstica.

Para construir un futuro mejor para todos sabemos que son básicos la igualdad de género y los derechos de la mujer. Me han entusiasmado las mujeres líderes que han dado un paso al frente para enfrentarse a la pandemia y que se han levantado en favor de una solidaridad global.

A medida que la economía mundial se tambalea, ¿le preocupa que disminuya la financiación para el desarrollo por parte de las naciones más ricas?

Actualmente, no vemos que disminuya la financiación. Las Naciones Unidas tienen muy claro que la respuesta del mundo es tan fuerte cuanto más débil sean los sistemas de salud. Además, los gobiernos admiten que el virus no respeta fronteras. También saben que, si se propaga rápidamente a entornos afectados por crisis humanitarias, o en varios países en desarrollo, entonces los riesgos de inestabilidad política, de conflicto o de desplazamiento son muy reales. Nadie sale beneficiado.

Durante esta crisis puede haber ciertos beneficios para el medio ambiente a corto plazo, pero ¿cómo afectará a las medidas para reducirlo a largo plazo, siendo un tema fundamental para la reducción de la pobreza?

Se calcula que las emisiones mundiales disminuirán alrededor del 6% durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, sabemos que la recesión económica e industrial como resultado de la pandemia de coronavirus no sustituyen a una acción climática duradera. Si ahora se emprenden las inversiones adecuadas para acelerar la descarbonización de las economías mundiales, las economías pueden llegar a crecer y crearse puestos de trabajo si los combinamos con una acción climática de gran alcance.

Necesitamos una acción climática constante que dure muchos años para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Expositores promocionales que ilustran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
ONU/Manuel Elias
Expositores promocionales que ilustran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

¿Es posible transformar la crisis en un elemento catalizador para alcanzar los objetivos y reducir las desigualdades?

Por supuesto. Y en algunos casos no hay otra opción. No podemos volver al mundo que teníamos antes de esta crisis. Significaría dejar sin tratar las vulnerabilidades y fragilidades que se han evidenciado durante esta pandemia: la enorme falta de inversión en salud y protección social; las grandes desigualdades mundiales y locales; la progresiva tendencia a destruir la naturaleza y la amenaza climática; la degradación de las estructuras democráticas que son básicas para proteger los derechos y garantizar la cohesión social.

Ahora se nos presenta una oportunidad única de aprovechar la crisis para iniciar la Década de Acción para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Cuán realista es actualmente el calendario para cumplir con las metas fijadas en los Objetivos?

Esta crisis nos ha demostrado que si hay voluntad política y unidad de criterio se pueden lograr cambios a gran escala. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible ya no son un conjunto de metas a las que se aspira en un futuro lejano. Son lo mínimo que necesitamos para garantizar un mundo más seguro, justo y sostenible para todo el mundo. Si los líderes de todas las sociedades dan el mismo nivel de importancia y urgencia a la lucha contra la pobreza, el hambre y el cambio climático, conseguiremos alcanzar el éxito durante esta Década de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible