Yemen vive un mayor deterioro humanitario y una fragmentación política creciente

Niños sentados frente a una casa de campaña en el campamento para desplazados de Al-Meshqafah en Yemen.
© UNICEF/Saleh Baholis
Niños sentados frente a una casa de campaña en el campamento para desplazados de Al-Meshqafah en Yemen.

Yemen vive un mayor deterioro humanitario y una fragmentación política creciente

Paz y seguridad

El enviado de la ONU a Yemen destacó el empeoramiento de la situación humanitaria y advirtió del riesgo de una guerra regional; no obstante, se mostró optimista con respecto a las posibilidad de solucionar el conflicto yemenita este año.

Poner fin a la guerra en Yemen es viable en el corto plazo, afirmó este jueves el enviado de la ONU para ese país al Consejo de Seguridad, agregando que las negociaciones políticas que conducirían a ese objetivo dependerán de que se cumpla a cabalidad con el Acuerdo de Estocolmo.

“Y Hodeida está en el epicentro de ese objetivo”, subrayó Martin Griffiths. “La ruta es clara y cuenta con apoyo internacional: se debe implementar el pacto de alto el fuego en Hodeida y tras ese avance comprometer a las partes de inmediato para que lleguen a un acuerdo”, dijo.

En su informe al Consejo, el funcionario destacó dos elementos cruciales en el escenario actual de Yemen: la gravedad y el deterioro de la situación humanitaria y “la contingencia aterradora de una guerra en la región”.

Con respecto a esta última, indicó que en todas las consultas que ha mantenido con actores involucrados en el conflicto yemenita se ha expresado el deseo de que Yemen se mantenga al margen de cualquier posible conflicto externo.

Griffiths afirmó que el país enfrenta un momento crucial sobre su destino. “Y necesitamos pensar en las realidades y opciones que definen ahora las oportunidades de encaminarse hacia la paz”, apuntó.

Entre esas opciones mencionó la reubicación de las fuerzas de Coalición en algunas partes de la nación para restaurar la paz y la estabilidad.

Hodeida es el punto de partida

El enviado insistió en que Hodeida es el punto de partida del proceso político y encomió a las fuerzas del gobierno de Sanaá, reconocido por la comunidad internacional, y a los hutíes por la reunión de dos días que celebraron esta semana en un barco de la ONU en la que acordaron los detalles operativos de la reubicación establecida en el Acuerdo de Estocolmo.

“El progreso en Hodeida permitirá que las partes trabajen juntas ya sea en un monitoreo tripartita, en la recaudación de ingresos o en la evaluación conjunta de las posibles violaciones del alto el fuego”, explicó.

“Mi esperanza es que Hodeida nos permita finalmente enfocarnos en el proceso político antes del fin del verano boreal. Yemen no tiene tiempo que perder”, subrayó.

Por otra parte, reportó que se ha observado un avance muy limitado en cuanto al acceso humanitario y la normalización de la vida civil en Taiz, aunque confió en que pronto se abra un cruce para la entrada de asistencia.

Optimismo, pese a todo

Griffiths también manifestó preocupación por el panorama político y de seguridad en el territorio yemenita, alertando de una fragmentación creciente que podría incrementar las tensiones y dificultar la reconciliación si la guerra se prolongara.

Informó asimismo de provocaciones políticas y militares continuas que podrían frenar el proceso de paz.

No obstante este complejo escenario, Griffiths manifestó confianza en el futuro próximo de Yemen.

“No puedo dejar de pensar que Yemen está cerca de finalizar la guerra. Sé que a menudo se me acusa de optimismo y me declaro culpable de esa imputación. Pero no fui yo sino un funcionario con mucha experiencia e inteligencia en la región quien dijo recientemente que esta guerra puede terminar este año. Tomo esa aseveración como una orden”, concluyó el diplomático.