La Organización Internacional del Trabajo, una aliada contra la desigualdad laboral

Las tres llaves simbólicas que representan a los integrantes de la Organización Internacional del Trabajo: los trabajadores, los empresarios y los gobiernos.
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Las tres llaves simbólicas que representan a los integrantes de la Organización Internacional del Trabajo: los trabajadores, los empresarios y los gobiernos.

La Organización Internacional del Trabajo, una aliada contra la desigualdad laboral

Objetivos de Desarrollo Sostenible

El 6 de junio la OIT cumple cien años en 2019. Entre los actos de celebración, ha presentado una campaña para dar a conocer su labor durante todo ese tiempo. Su misión no ha terminado y su actual director general asegura que la Organización debe ayudar a abordar la desigualdad en el mercado de trabajo.

Fundada por 44 países después de la Primera Guerra Mundial, la misión de la Organización Internacional del Trabajo fue abordar el descontento creciente con las malas condiciones de trabajo en Europa.

Hoy, ese objetivo es compartido por los 187 Estados que componen la OIT, recordó Guy Ryder, su director general, en una declaración para conmemorar los cien años desde que se fundó el organismo el 6 de junio de 1919.

La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde sus primeros días. La primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre de 1919 adoptó seis Convenios Internacionales, que se referían a las horas de trabajo en la industria, el desempleo, la protección de la maternidad, el trabajo nocturno de las mujeres, la edad mínima para trabajar y el trabajo nocturno de los menores.

Al destacar que la naturaleza del trabajo ha cambiado de una manera irreconocible en muchas partes del mundo desde 1919, en gran parte gracias a los avances tecnológicos, Ryder advirtió que muchas personas sin embargo no disfrutan de los beneficios.

"Las esperanzas y los temores se distribuyen de manera desigual", dijo. “La incertidumbre es alta y los niveles de confianza son demasiado bajos. Y esto nos dice que el centenario de la OIT importa. Nos importa a todos, cualquiera que sea el país en el que se viva".

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Una puerta de tres llaves

Desde la cantidad de horas que laboramos hasta el principio de un salario justo y la protección para los trabajadores lesionados o enfermos, estos y muchos otros beneficios sociales y derechos laborales que, las personas de muchas naciones dan por sentado, son el fruto de la actuación de la OIT.

Este trabajo por mejorar las leyes y los estándares laborales en todo el mundo está simbolizado por una puerta de tres llaves en su antigua sede en Ginebra, ahora sede de la Organización Mundial de Comercio. Cada llave representa cada una de las partes de la Organización: los gobiernos, los trabajadores y los empresarios.

Ryder recordó que el papel de la OIT en la promoción de la paz internacional a través de la justicia social fue visto como un "sueño salvaje", una frase utilizada por primera vez por el presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, antes de la decisión de los Estados Unidos de unirse al organismo en 1934.

"Recuerdo bien -afirmó entonces Roosevelt- que en esos días la OIT todavía era un sueño. Para muchos, un sueño salvaje. ¿Quién había oído hablar de los gobiernos reunidos para elevar los estándares de trabajo en un plano internacional?".

Hija de la guerra y los disturbios

En 1919, la tarea de redactar la Constitución de la OIT se confió a una Comisión del Trabajo creada por los Estados miembros que participaron en el Tratado de Versalles y que exigió reparaciones a una Alemania derrotada después de la Primera Guerra Mundial.

La Comisión se reunió entre enero y abril para redactar la Constitución, cuyo preámbulo resalta: “la inquietud es tan grande que la paz y la armonía del mundo están en peligro”; una referencia a las demandas de los trabajadores de que el acuerdo de paz incluyera medidas para lograr condiciones de trabajo más justas, promovidas a través de la legislación laboral y los derechos sindicales.

En medio de tales temores de disturbios sociales potencialmente explosivos y con un claro papel para que la OIT mantuviera la paz, la primera Conferencia Internacional del Trabajo a la que asistieron 40 países, se celebró en la capital de los Estados Unidos, entre octubre a noviembre de 1919.

Entonces, como ahora, las normas internacionales del trabajo se adoptaron y recogieron en tratados internacionales, explicando las acciones que se deben tomar y los principios que deben respetar los países que las ratifican.

Estas normas son uno de los principales medios de acción e influencia de la Organización en el mundo del trabajo, y ayudan a crear condiciones equitativas en las que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores compitan de manera equitativa, según el Director General de la OIT, Guy Ryder.

"Es seguro que no está más allá de nuestra capacidad construir el futuro del mercado laboral que queremos, un futuro con empleos decentes para todos", dijo.

Esta visión "y la voluntad política que la acompaña" son necesarias como nunca porque, para mucha gente, “el mundo del trabajo está muy por debajo de sus expectativas razonables", afirmó.

Tras señalar que la OIT tiene “100 años de experiencia acumulada” para lograr mejoras en el mundo del trabajo durante muchas décadas, Ryder agregó que creía que “la determinación (política) está muy presente en los integrantes de la OIT”.

Entre los actos de celebración, ha presentado una campaña para dar a conocer su labor durante todo ese tiempo.