Libia: La celebración de la Conferencia Nacional, un éxito para el pueblo

Ghassan Salamé, representante especial del Secretario General para Libia y jefe de la Misión de la ONU en el país. Foto: captura de pantalla
Ghassan Salamé, representante especial del Secretario General para Libia y jefe de la Misión de la ONU en el país. Foto: captura de pantalla

Libia: La celebración de la Conferencia Nacional, un éxito para el pueblo

Paz y seguridad

El representante especial para Libia destacó este lunes que los ciudadanos del país árabe tienen un fuerte deseo de renovación de la escena política. Sin embargo, señaló que persiste la difícil situación de los civiles en algunas zonas del país, continúa la influencia que ejercitan los grupos armados en la política y la economía y la situación de los derechos humanos no mejora.

“La celebración de la Conferencia Nacional a inicios de abril no fue un foro dedicado a las élites, sino para todas las personas”, destacó este lunes en el Consejo de Seguridad el representante especial del Secretario General para ese país, Ghassan Salamé.

El encuentro, un programa de consultas públicas a escala nacional, es una iniciativa de las Naciones Unidas que forma parte del Plan de Acción para Libia. En este caso, contó con 42 eventos en 27 localidades del país y sirvió para que los ciudadanos compartieran las aspiraciones y los principios que deberían guiar al Estado y su visión para salir de la crisis actual.

Entre los puntos que han comenzado a materializarse, Salamé destacó “el anhelo de una nación unida y soberana con la creencia compartida de que, para lograrla, el Estado debe estar más descentralizado; la urgente necesidad de una distribución más justa, transparente y eficaz de los recursos públicos en beneficio de todos los ciudadanos; un llamado a la celebración de elecciones que puedan unir al país y un anhelo muy claro de emerger de la transición”, entre otras.

El estado de ánimo de los ciudadanos refleja un fuerte deseo de renovación de la escena política, la reivindicación del poder local y el retorno a una vida más normal con instituciones más regulares, añadió.

Ante este empuje ciudadano provocado por la Conferencia, destacó que las elecciones deben celebrarse con la mayor inmediatez, aunque deben darse las condiciones adecuadas. “Se necesita una nueva ronda de registro de votantes, un compromiso previo de aceptar los resultados, los fondos adecuados y fuertes medidas de seguridad.

Cuando finalicen las reuniones a finales de junio los resultados serán recopilados y compartidos en un evento especial en Libia, así como con el Consejo de Seguridad.

Desde el origen del Plan de Acción, varios interlocutores libios solicitaron la modificación del Acuerdo Político Libio, destacó Salamé. Pero pese a varios intentos explorando diferentes fórmulas, las partes no han mostrado estar dispuestas a hacer las concesiones necesarias para enmendarlo por lo que es necesario “pasar página” y centrarse en las elecciones de este año.

“Debemos exigir mucho más al actual Consejo Presidencial durante sus últimos meses, tanto en lo que respecta a la preparación de las elecciones como a la prestación de apoyo al pueblo”.

El escenario en el país continúa estancado

“La situación actual en Libia merece tanto nuestra preocupación como nuestra esperanza”, destacó Salamé.

Recordó que, pese al ataque sufrido a inicios de mayo a la sede de la Comisión Electoral Nacional donde fallecieron trece personas y obligó al traslado forzoso de la base de operaciones, la celebración de los comicios continúa adelante tal y como manifestó el presidente de la Alta Comisión Electoral Nacional.

Igualmente destacó como muy positivo la aprobación del presupuesto para el año 2018 por parte del Gobierno de Acuerdo Nacional.

Sin embargo, mostró su preocupación por la suerte de los civiles en la ciudad de Derna, al este del país, que sufren una escalada de violencia tanto por vía aérea como terrestre.

Las hostilidades se han producido mayoritariamente en las afueras de la ciudad causando numerosas muertes y el desplazamiento de cientos de familias, pero se teme que las vidas de los civiles corran mayor peligro si los enfrentamientos se dirigen al núcleo urbano.

Salamé calificó de especialmente peligrosa la situación en la principal ciudad del sur del país, Sabha.

“En primer lugar, porque se han firmado muchos acuerdos para poner fin a los combates entre los grupos, y luego se han violado repetidamente. En segundo lugar, porque existe un grave riesgo de que los enfrentamientos se conviertan en un conflicto étnico. Tercero, porque este conflicto tiene el potencial de convertirse en regional, dado que los grupos armados provenientes de muchos países vecinos han transformado con demasiada facilidad esa parte de Libia como su campo de batalla alternativo”.

El diplomático destacó la necesidad de entablar negociaciones con los Estados vecinos del sur para proteger sus fronteras, resolver las cuestiones de la trata de personas, los flujos de combatientes y el contrabando de mercancías. Asimismo, se ofreció a facilitarlas en caso de ser necesario.

La situación de los derechos humanos no mejora 

Un migrante de Eritrea muestra las enfermedades de la piel que contrajo en un centro de detención de Libia.
UNICEF/Alessio Romenzi
Un migrante de Eritrea muestra las enfermedades de la piel que contrajo en un centro de detención de Libia.

Los dos últimos informes sobre centros de detención e instalaciones médicas documentan innumerables violaciones por parte de los actores armados contra civiles.

Además, advirtió de la peligrosa influencia que ejercen los grupos armados en la política y la economía del país, tal y como se vio reflejado en una reciente y polémica decisión gubernamental de concederles competencias que deberían ser estatales.

Con ese fin, anunció el desarrollo de una nueva estrategia, en conjunto con las autoridades libias, que “no desarticulará a los grupos armados mañana, pero ayudará a comenzar en serio un largo proceso”.

También estimó necesario dar un nuevo impulso a la creación de fuerzas armadas y policiales profesionales.

Por último, pidió el apoyo de los miembros del Consejo al indicar que “cuando Libia oye mensajes contradictorios, aumentan la división…pero cuando hablan con una voz clara y única, los libios, créanme, escuchan”.