Gaza se ha convertido en un polvorín

El coordinador especial de las Naciones Unidas para la paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, informa al Consejo de Seguridad sobre la situación en la región.
ONU/Eskinder Debebe
El coordinador especial de las Naciones Unidas para la paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, informa al Consejo de Seguridad sobre la situación en la región.

Gaza se ha convertido en un polvorín

Paz y seguridad

“Gaza se desmorona mientras hablamos. Se deshace bajo la presión de una combinación explosiva de elementos humanitarios, de seguridad y políticos negativos”, advirtió este jueves el coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio ante el Consejo de Seguridad.

Nickolay Mladenov alertó que si estalla un nuevo conflicto entre Hamás e Israel tendría consecuencias demoledoras para los palestinos de la franja de Gaza, lo que podría llegar a debilitar la relativa estabilidad en Cisjordania y extender las repercusiones a Israel y toda la región.

A continuación, Mladenov explicó las consecuencias de las manifestaciones que han concentrado durante las últimas cuatro semanas a decenas de miles de palestinos en Gaza frente a la frontera con Israel, en lo que se conoce como “La marcha del Retorno”.

Las protestas han provocado treinta y cinco muertos palestinos y un gran número de heridos a manos de las fuerzas de seguridad israelíes.

Además, se ha producido un aumento de incidentes peligrosos como la colocación de artefactos explosivos improvisados, el lanzamiento de cócteles molotov y los intentos de romper la valla de separación entre Israel y Gaza.

Mladenov indicó haber realizado grandes esfuerzos con todas las partes para disminuir la tensión y aplaudió la labor de Egipto y otros países en la misma dirección.

Asimismo, recordó a Israel que debe medir el uso de la violencia e indicó que “la fuerza letal debe usarse como último recurso”; y a Hamás y los organizadores de las protestas que tienen que mantener a los manifestantes alejados de la valla de separación e impedir actos violentos y provocaciones.

La situación humanitaria en Gaza continúa deteriorándose con rapidez

El diplomático advirtió del posible desplome de los servicios públicos tras la suspensión de los salarios a unos 20.000 funcionarios públicos en Gaza el pasado mes de marzo.

Según sus previsiones, la medida afectará gravemente a hospitales, escuelas, instalaciones de tratamiento de agua y aguas residuales, la recolección de basura, el transporte y otros servicios críticos.

Mladenov pidió al Gobierno palestino que se reanuden los pagos a los empleados públicos y a Israel que reduzca las restricciones a la circulación y el acceso a Gaza para que la economía pueda recuperarse.

Lo que está ocurriendo en Gaza es una injusticia que ningún hombre, mujer o niño debería tener que soportar: las deplorables condiciones de vida; las consecuencias de los continuos cierres asfixiantes y el control de Hamas; y el creciente riesgo de que se pueda desencadenar un nuevo conflicto.

Igualmente, exhortó a todas las partes interesadas a apoyar el llamamiento humanitario de las Naciones Unidas por un importe de 540 millones de dólares, de los cuales el 75 % se destina a las necesidades humanitarias más urgentes.

 “Esta combinación del deterioro de la seguridad, el desarrollo y la ayuda humanitaria que vemos en Gaza, junto con el estancamiento político, convierte a la franja en un polvorín. A pesar de los trágicos acontecimientos en el resto de la región, debemos hacer todo lo posible para evitar otra guerra en Gaza”.

El coordinador indicó que resulta “fundamental” que la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad apoyen a las Naciones Unidas y las partes interesadas para resolver estos problemas.

 Los campamentos de refugiados son muy vulnerables

 En este contexto, Mladenov subrayó la preocupante situación que sufre la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos al destacar que, pese a todas las recientes contribuciones, solamente disponen de fondos para financiar sus programas hasta el verano.

 “Cerrar o reducir los servicios en este momento crítico desestabilizaría aún más la región”, destacó.

Por último, Mladenov resaltó que cree que hay una salida para la situación en Gaza, ya que supone desafíos “políticos, provocados por el hombre y, por lo tanto, resolubles si todas las partes se comprometen firmemente a apoyar soluciones que puedan aplicarse de manera rápida, eficaz y sostenible”.