Los enjambres arrasan los cultivos que podrían alimentar a 35.000 personas diariamente, así como el forraje que se utiliza para los animales. Yemen es actualmente un caldo de cultivo de la plaga, que de no ser controlada también puede volver a extenderse al Cuerno de África. Los insectos migran cada vez más lejos a medida que el cambio climático altera los patrones de lluvia.