Este año fue uno de inestabilidad y tumultos, pero en el que Naciones Unidas marcó presencia y duplicó sus esfuerzos para fomentar el diálogo y el entendimiento.
Nueve de cada 10 personas afectadas o viviendas dañadas, así como la mitad de la pérdida de las vidas humanas por desastres fueron provocados por desastres locales.