Las personas más vulnerables no cuentan con servicios de agua y a veces tienen que recorrer distancias muy largas para conseguirla, o pagar de 10 a 20 veces más por ella en comparación con sus vecinos ricos. Además, el derecho al agua se relaciona con la discriminación por motivos de género, edad y condición social. La ONU hace un llamado a los Estados para que pongan en práctica políticas que garanticen estos servicios para todos.