Un trabajador de UNMAS detecta una mina antitanque, en el estado de Equatoria Central, Sudán del Sur.

El mortífero legado de las minas terrestres

Foto ONU/Isaac Billy
Un trabajador de UNMAS detecta una mina antitanque, en el estado de Equatoria Central, Sudán del Sur.

El mortífero legado de las minas terrestres

Paz y seguridad

Según las últimas estimaciones, en 2021, más de 5500 personas murieron o resultaron mutiladas por las minas, la mayoría civiles, la mitad de ellos niños. Más de dos décadas después de la adopción del Convención sobre la prohibición de minas antipersonales, cerca de sesenta millones de personas en casi 70 países y territorios siguen viviendo diariamente amenazadas por estos artefactos. 

Más de dos décadas después de la adopción del histórico Convención sobre la prohibición de minas antipersonales y la creación del Servicio de las Naciones Unidas de Acciones Relativa a las Minas (UNMAS), se han destruido millones de minas terrestres, pero en casi 70 países del mundo sigue habiendo tierras contaminadas y personas inocentes continúan muriendo o sufriendo mutilaciones.

Conmemorado anualmente el 4 de abril, el Día Internacional de Información Sobre el Peligro y la Asistencia para las Actividades relativas a las Minas hace un llamado de concientización del por qué las minas terrestres son una de las armas de guerra más insidiosas e indiscriminadas.

Nacidos en zona de paz, pero mutilados por una antigua guerra

“Minga nunca ha tenido un juguete. En su pueblo, en Angola, los niños a menudo hacían sus juguetes con palos o ruedas rotas, pero esto era algo diferente. Era verde, de metal y con forma de pequeña lata. Quería enseñarlo a sus hermanos y hermanas, así que lo recogió para llevárselo a casa.

Giles Duley, un fotógrafo documentalista, sobreviviente de una mina terrestre y defensor de la personas heridas de guerra, tiene muchas historias desgarradoras que contar, la mayoría sobre niños mutilados por minas de camino a la escuela, a casa o jugando.

Minga, de seis años, perdió la vista y el brazo izquierdo en 2009, siete años después del final de la guerra en Angola. Fue una de los muchos niños que nacieron en paz pero sufrieron los daños de una guerra que nunca conocieron.

Dos desminadores trabajan para descontaminar el terreno en Bunia, República Democrática del Congo.
ONU/Martine Perret
Dos desminadores trabajan para descontaminar el terreno en Bunia, República Democrática del Congo.

Peligro de muerte a diario

Según las últimas estimaciones, en 2021, más de 5500 personas murieron o resultaron mutiladas por las minas, la mayoría civiles, la mitad de ellos niños. Más de dos décadas después de la adopción del Convención sobre la prohibición de minas antipersonales, cerca de sesenta millones de personas en casi 70 países y territorios siguen viviendo diariamente amenazadas por estos artefactos.

El Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas lanzó la campaña "Las actividades relativas a las minas terrestres no pueden esperar" para conmemorar el Día Internacional, ya que países como Angola, Camboya, la República Democrática del Congo, la República Democrática Popular Lao y Vietnam siguen sufriendo décadas de contaminación por las minas.

Las minas terrestres pueden permanecer latentes durante años o incluso décadas hasta que se activan.

"Incluso después de que paren los combates, los conflictos suelen dejar tras de sí un legado aterrador: minas y artefactos explosivos que ensucian las comunidades", afirma el Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje para el Día Internacional.

"La paz no aporta ninguna garantía de seguridad cuando las carreteras y los campos están minados, cuando las municiones sin explotar amenazan el regreso de las poblaciones desplazadas y cuando los niños encuentran y juegan con objetos brillantes que explotan". 

Las minas, que pueden fabricarse por tan sólo un dólar, no distinguen entre combatientes y civiles. Su uso viola los derechos humanos internacionales y el derecho humanitario.

No sólo cuestan vidas y extremidades, sino que impiden a las comunidades acceder a tierras que podrían utilizarse para cultivar o construir hospitales y escuelas, así como a servicios esenciales como alimentos, agua, atención sanitaria y ayuda humanitaria.

Se han colocado más minas terrestres en Siria debido al conflicto en curso en ese país.
© UNMAS/Asso Sabahaddin
Se han colocado más minas terrestres en Siria debido al conflicto en curso en ese país.

Minas terrestres en Ucrania

A pesar de los esfuerzos internacionales por impedir el uso de minas, éstas siguen colocándose en situaciones de conflicto, incluida Ucrania tras la invasión rusa de febrero de 2022. UNICEF y el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania advirtieron recientemente de que alrededor del 30% del país podría estar minado como resultado de las hostilidades.

En Myanmar, el Monitor de Minas y Municiones en Racimo, un grupo de la sociedad civil apoyado por la ONU que informa sobre el uso de minas, ha observado un uso "nuevo y muy extendido" de minas por parte de las fuerzas gubernamentales. Las milicias de países como la República Centroafricana y la República Democrática del Congo también utilizan minas para atacar y atemorizar a la población, manteniéndola alejada de sus tierras y de sus hogares.

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Alas de mariposa que atraen niños curiosos

Existen más de 600 tipos diferentes de minas categorizadas en dos grandes grupos: las minas antipersona y las antitanques. Las primeras tienen diferentes formas y suelen encontrarse enterradas o sobre la tierra. Un tipo común, conocido como mina de mariposa, contiene colores brillantes haciéndola atractiva para los niños curiosos.

Las minas terrestres son también un grave problema en muchos países que dependen de la agricultura. En la provincia vietnamita de Binh Dinh, donde mucha gente vive del cultivo del arroz, el 40% de la tierra seguía contaminada a más de cuatro décadas después del fin de la guerra debido a las minas.

En Afganistán, donde las minas han mutilado o matado a más personas que en ningún otro lugar, se han retirado más de 18 millones de estas desde 1989, liberando más de 3011 km2 de tierras que han beneficiado a más de 3000 comunidades de todo el país, en su mayoría áreas rurales.

Un desminador del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania barre el terreno en busca de artefactos explosivos sin detonar y minas terrestres.
PNUD/Oleksandr Simonenko
Un desminador del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania barre el terreno en busca de artefactos explosivos sin detonar y minas terrestres.

La promesa de un mundo sin minas

El Servicio de Acción relativas a las minas y sus socios han avanzado en varios aspectos para conseguir un mundo libre de minas, como su retirada, la educación de la población, especialmente de los niños, sobre los riesgos de las minas, la promoción de la asistencia a las víctimas y la destrucción de los arsenales. 

Desde finales de los años 1990, se han destruido más de 55 millones de minas terrestres, más de 30 países han quedado libres de ellas, se ha reducido drásticamente el número de víctimas y se han establecido mecanismos, como el Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para Prestar Asistencia a las Actividades Relativas a las Minas, para apoyar a víctimas y a comunidades necesitadas.

En la actualidad, 164 países forman parte del Convención sobre la prohibición de minas antipersonales, considerado uno de los convenios de desarme más ratificado hasta la fecha. Sin embargo, a pesar de los avances, de acuerdo con el Secretario General, son necesarios esfuerzos internacionales más extensos para proteger a las personas de las minas terrestres.

“Actuemos para poner fin a la amenaza de estos artefactos mortíferos, apoyemos a las comunidades en su recuperación y ayudemos a las personas a regresar y reconstruir sus vidas con seguridad y protección”.