Líderes humanitarios de la ONU piden al Consejo de Seguridad que mantenga la ayuda transfronteriza al noroeste de Siria

ARCHIVO: Una madre y su hijo esperan su kit de ayuda para el invierno en un asentamiento informal en la zona rural del este de Raqqa, en Siria.
© UNICEF/Delil Souleiman
ARCHIVO: Una madre y su hijo esperan su kit de ayuda para el invierno en un asentamiento informal en la zona rural del este de Raqqa, en Siria.

Líderes humanitarios de la ONU piden al Consejo de Seguridad que mantenga la ayuda transfronteriza al noroeste de Siria

Ayuda humanitaria

La no renovación de una resolución del máximo órrgano de seguridad comportaría consecuencias devastadoras para más de cuatro millones de personas en Siria, la mayoría de ellos mujeres y niños.

A sólo ocho días de su vencimiento, un grupo de líderes humanitarios de las Naciones Unidas* solicitó este martes al Consejo de Seguridad que renueve una resolución que autoriza el reparto de ayuda humanitaria en el noroeste de Siria. Las entregas, de carácter transfronterizo, proceden de Turquía.

El llamado de los expertos señala que la no renovación de ese mandato tendría consecuencias catastróficas para 4,1 millones de personas que viven en zonas no controladas por el gobierno sirio, la mayoría de ellos mujeres y niños que necesitan ayuda para sobrevivir en pleno invierno y en medio de un grave brote de cólera.

A diferencia de resoluciones anteriores que prorrogaron las operaciones transfronterizas durante un año, la última medida adoptada por el Consejo sólo autorizó la entrega de ayuda de socorro durante seis meses. Esta circunstancia provocó problemas logísticos y operativos adicionales, incrementó los costes operativos y frenó la capacidad de los socios humanitarios para ayudar a los necesitados.

La ayuda humanitaria debe llegar por la ruta “más segura, directa y eficiente”

En ausencia de las operaciones transfronterizas de la ONU, millones de personas, especialmente las desplazadas durante años y en múltiples ocasiones, no tendrían acceso a alimentos y refugio; carecerían de ayuda para afrontar las duras inclemencias invernales; no dispondrían de los servicios de vigilancia, tratamiento y análisis para detener el cólera; y tampoco tendrían acceso al agua potable ni protección contra la violencia de género.

Asimismo, dejaría de funcionar el Mecanismo de Vigilancia de las Naciones Unidas, que supervisa la carga de todos los envíos de ayuda humanitaria de los organismos humanitarios de las Naciones Unidas y sus asociados, pausando la verificación de los envíos en la frontera.

“Nuestra postura sigue siendo coherente y clara: siempre debe permitirse que la ayuda humanitaria y los servicios de protección lleguen a quienes los necesitan por la ruta más segura, directa y eficiente”, afirman los líderes humanitarios en un comunicado.

Durante el año pasado, recibieron suministros de socorro provenientes de la frontera turca una media mensual de 2,7 millones de personas. Las tareas incluyeron actividades de recuperación temprana y apoyo a las medidas de supervivencia con el fin de reforzar la resiliencia de las comunidades en toda Siria.

Asimismo, aumentó la ayuda desde las zonas controladas por el gobierno a través de las líneas del frente hasta el noroeste del país, distribuyendo alimentos, material sanitario, educativo y de otro tipo a miles de personas necesitadas.

Los líderes humanitarios mostraron su compromiso de “mantener y ampliar estas entregas”, y solicitaron a todas las partes interesadas “un acceso humanitario sin trabas, sostenido y verificable al noroeste de Siria desde las zonas controladas por el Gobierno”.

*Martin Griffiths, coordinador del socorro de emergencia y secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios (OCHA); António Vitorino, director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM); Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA); y el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).