Rechazar la polarización extrema promovida para debilitar las democracias, el llamado de Argentina

Alberto Fernández, presidente de Argentina, dirigiéndose a la Asamblea General.
ONU/Cia Pak
Alberto Fernández, presidente de Argentina, dirigiéndose a la Asamblea General.

Rechazar la polarización extrema promovida para debilitar las democracias, el llamado de Argentina

Asuntos económicos

Digamos un no global a quienes promueven la división en nuestras comunidades, pide el presidente argentino al referirse al reciente intento de asesinato de la vicepresidenta de su país. Afirma que el atentado buscó alterar la democracia recuperada hace casi 40 años y recuerda que los argentinos acordaron decir “nunca más” al terrorismo de Estados y la violencia política.

“Muchas veces en la historia, los magnicidios han sido prólogos de grandes tragedias. Fundados en el rechazo o el odio hacia las víctimas, quienes perpetraron semejantes acciones quebrantaron la paz pública y abrieron las puertas a enormes disputas sociales. Pueblos enteros sucumbieron detrás de esos profetas del odio”, subrayó el presidente de Argentina al empezar su alocución en el podio de la Asamblea General de la ONU.

Alberto Fernández continuó su discurso diciendo que el reciente intento de asesinar a la vicepresidenta de su país no sólo afectó la tranquilidad pública, sino que buscó alterar la construcción colectiva de la democracia, recuperada hace casi cuatro décadas después de siete años de dictadura militar.

En este contexto, recordó que los argentinos acordaron responder con un “nunca más” al terrorismo de Estado y la violencia política y confió en que la “violencia fascista que se disfraza de republicanismo” no conseguirá cambiar esa decisión.

Fernández argumentó que los discursos extremistas y violentos se propagaron en las sociedades de hoy aprovechando la desazón que generó la pandemia de COVID-19 y los efectos económicos de la guerra con el fin de debilitar y erosionar las democracias.

“Guardar silencio ante semejante evidencia puede conducirnos a poner en crisis el estado de derecho”, alertó, argumentando que quienes promueven la polarización extrema tienen intereses específicos que no benefician a las mayorías.

La humanidad está en riesgo

El dignatario conminó al mundo a no resignarse frente a esa situación. “Generemos un enérgico rechazo global a quienes promueven la división en nuestras comunidades”, urgió el presidente argentino, y advirtió que si el mundo no aprende las lecciones de lo vivido en la pandemia, los enfrentamientos serán cada vez más violentos.

“La humanidad está en riesgo. Con humildad, Argentina extiende un llamamiento a todos los países del mundo para construir un nuevo paradigma global que asegure la prosperidad con justicia social”, puntualizó Fernández.

El mandatario instó a los Estados a trabajar de un modo mancomunado y solidario que fortalezca el multilateralismo y dé lugar a una mayor equidad para reducir las brechas sociales.

Para ello, agregó, hace falta solucionar pacíficamente los problemas por medio del diálogo.

No a las exigencias financieras del mundo desarrollado

Con respecto al ámbito económico, sostuvo que es necesario abandonar las prácticas económicas y financieras que el mundo desarrollado exige cumplir al mundo que intenta desarrollarse ya que este modelo seguirá aumentando la pobreza y marginación.

Desde la experiencia argentina, una de la economías más endeudadas del mundo, destacó el sufrimiento que provoca el peso de deudas enormes y refrendó las disposiciones de la Asamblea General de la ONU de reestructurar los créditos promoviendo el crecimiento sostenido e inclusivo, minimizando los costos económicos y sociales, garantizando la estabilidad del sistema financiero internacional y respetando los derechos humanos.

Fernández abordó también el tópico de la inseguridad alimentaria, recalcando que se debe garantizar un comercio internacional de productos agrícolas más justo, transparente, equitativo y previsible que contribuya a paliar el flagelo del hambre.

No podemos transitar este tiempo con hambrunas”, acotó y reiteró el compromiso de Argentina como productor y exportador confiable de alimentos nutritivos y de calidad.

Añadió que su país trabaja para garantizar la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria y energética, pero matizó que todo esfuerzo será en vano sin un marco de desarrollo económico y social más equitativo.

Desarrollo para todos

El líder argentino señaló que el desarrollo debe llegarle a todas las personas y destacó que la situación ambiental del planeta exige una acción firme y decidida en favor de las generaciones futuras.

“Los problemas ecológicos necesitan el involucramiento de todos. Precisan una relación constructiva entre Estados y sociedades. Una asociación vital, sin la cual el desarrollo sostenible se vuelve ilusorio”, explicó.

Recalcó también que no todos los países son igualmente responsables de la crisis climática y abogó por diferenciar los requerimientos que se les hacen y el apoyo que necesitan.

Antes de terminar, Fernández se manifestó contra los embargos a Cuba y Venezuela y reiteró el reclamo de soberanía de su país sobre las Islas Malvinas, exponiendo la disposición de Argentina de regresar a la mesa de negociaciones con el Reino Unido para buscar una solución a la prolongada disputa.