La guerra antidrogas sanciona a los países de Sur y blinda el lavado de dinero y otros delitos en el Norte, denuncia Bolivia

Luis Alberto Arce, presidente de Bolivia, en el podio de la Asamblea General
ONU/Cia Pak
Luis Alberto Arce, presidente de Bolivia, en el podio de la Asamblea General

La guerra antidrogas sanciona a los países de Sur y blinda el lavado de dinero y otros delitos en el Norte, denuncia Bolivia

Salud

Enfatizar la oferta y no la demanda es un pretexto para la militarización y afecta a los campesinos pobres mientras otorga impunidad a los grandes grupos criminales en los países consumidores de todo tipo de drogas, sostiene el presidente Luis Arce, quien además se pronuncia contra la mercantilización de la salud y pide sistemas sanitarios universales.

“La guerra internacional contra las drogas criminaliza y genera sanciones unilaterales contra países del Sur, pero blinda el lavado de activos, facilita el tráfico de drogas y otros delitos conexos en los países del Norte. Eso ya no puede seguir así”, dijo este martes el presidente de Bolivia en la Asamblea General de la ONU.

Luis Alberto Arce Catacora consideró necesario cambiar de enfoque en el combate al narcotráfico puesto que concentrarse en la oferta y no la demanda, como se ha hecho hasta ahora, ha servido para la militarización , afectando a los campesinos en el Sur y dejando en “absoluta impunidad a los grandes grupos criminales, nunca identificados públicamente, en los países cuyas poblaciones consumen masivamente todo tipo de drogas”.

En este renglón, Arce defendió el modelo boliviano de lucha contra el tráfico de narcóticos y pugnó por la regionalización de esos esfuerzos con una visión integral menos militar y más económico-social, como el que busca su país en colaboración con los vecinos Perú y Colombia.

Aludiendo claramente a la “certificación” unilateral que hace Estados Unidos, apuntó que a la par de la labor regional, se debe trabajar desde la ONU un mecanismo que evalúe los resultados de todos los países, tanto del Norte como del Sur, en el combate a las drogas.

Esta propuesta fue una de las 14 que el mandatario presentó al pleno de la Asamblea con el propósito de construir un nuevo orden mundial que beneficie a todos los Estados y pueblos del mundo, una tarea que, afirmó, “es inevitable”.

No a la mercantilización de la salud

Entre los puntos que busca impulsar Bolivia en la agenda internacional, destaca también el rechazo a la mercantilización de la salud y el apoyo a la creación de sistemas sanitarios universales.

Arce se refirió a la grave crisis sanitaria debida a la pandemia de COVID-19, que expuso las vulnerabilidades y desigualdades de los sistemas de sanidad en todo el mundo, al igual que las de las esferas financiera y económica.

“Frente a los sistemas de salud que sólo favorecen a quienes tienen la posibilidad de acceder a un seguro privado, y frente a quienes han hecho de la salud una mercancía, es imperioso fortalecer los sistemas universales de salud en los que el Estado cumpla su obligación de proteger y garantizar los derechos colectivos, en el marco de la preeminencia de los derechos humanos económicos, sociales y culturales, reduciendo así los efectos de la crisis económica mundial en los sectores más vulnerables de la población”, subrayó.

Crisis capitalista

El presidente de Bolivia afirmó que el mundo encara una crisis capitalista múltiple y sistémica que coloca cada vez más en riesgo la vida humana y del planeta, por lo que exhortó a cambiar un sistema que reproduce la dominación, explotación y exclusión de las mayorías, generando una enorme concentración de riqueza en pocas manos y priorizando la producción y reproducción del capital antes que la de la vida.

Arce lamentó que esto haya conducido al deterioro creciente del multilateralismo “por el capricho de las potencias capitalistas de no resignarse a la existencia de un mundo multipolar y con equilibrio de poder”.

En este sentido, aseveró que el multilateralismo es el único mecanismo que representa una garantía de respeto entre los Estados, independientemente de su poderío económico o militar.

“Por lo tanto, consideramos que cualquier quebrantamiento de la paz y seguridad internacionales, está vinculado a la aplicación insuficiente de los mecanismos previstos en la Carta de las Naciones Unidas, o, en su defecto, a su flagrante transgresión”, apuntó.

Soberanía sobre los recursos naturales

Con respecto a la industrialización del litio, un recurso natural de alta demanda tecnológica y del cual Bolivia posee una de las mayores reservas mundiales, aseguró que su país busca que su uso beneficie a la humanidad y sirva para la transición justa a un futuro bajo en emisiones que respete a la Madre Tierra.

No queremos que nuestro litio siga el camino de otras materias primas que bajo el sistema colonial y el desarrollo capitalista sólo sirvieron para aumentar la riqueza de unos cuantos y provocar el hambre de los pueblos, señaló, ratificando la soberanía de Bolivia sobre ese recurso.

Rechazamos todo tipo de injerencia, y afanes de desestabilización de la democracia en nuestro país, con el afán de controlar el litio. No somos fichas de tableros de ajedrez. Tenemos el derecho de decidir sobre nuestros recursos naturales”, puntualizó Arce.