Operación de la ONU y la Cruz Roja evacúa a civiles de la planta de Mariúpol

Los residentes que se quedaron en Mariúpol compartieron una letrina de pozo mientras la ciudad seguía siendo bombardeada.
Alina Beskrovna
Los residentes que se quedaron en Mariúpol compartieron una letrina de pozo mientras la ciudad seguía siendo bombardeada.

Operación de la ONU y la Cruz Roja evacúa a civiles de la planta de Mariúpol

Paz y seguridad

Según informes de prensa, en la primera fase de la operación se permitió la salida de más de 100 civiles. Las autoridades rusas y ucranianas acordaron que "mujeres, niños y ancianos" que llevan casi dos meses en la planta siderúrgica gravemente dañada serán evacuados a Zaporizhzhia, que está bajo control ucraniano.

 Las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja han puesto en marcha una operación para evacuar a los civiles desesperados que llevan semanas atrapados en la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur de Ucrania, según confirmó el domingo el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en el país.

"Una operación de paso seguro... está en curso hoy", dijo Saviano Abreu, añadiendo que está siendo "coordinada" por la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, "en coordinación con las partes del conflicto".

Según informes de prensa, en la primera fase de la operación se permitió la salida de más de 100 civiles.

Abreu dijo que las autoridades rusas y ucranianas acordaron que "mujeres, niños y ancianos" que llevan casi dos meses en la planta siderúrgica gravemente dañada  serán evacuados a Zaporizhzhia, que está bajo control ucraniano al norte de Mariúpol.

Alina Beskrovna vivió durante un mes en este sótano en Mariupol.
Alina Beskrovna
Alina Beskrovna vivió durante un mes en este sótano en Mariupol.

Apoyo a los supervivientes

Allí "recibirán apoyo humanitario inmediato, incluyendo servicios psicológicos", dijo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ucrania, tuiteó que ellos y otras agencias asociadas, estaban "listos para recibir a los evacuados", y esperando que "se produzcan más evacuaciones".

El Secretario General, António Guterres, viajó a Moscú y se reunió con el presidente Vladimir Putin a principios de la semana pasada, consiguiendo un acuerdo del primer ministro ruso "en principio" para permitir que se lleve a cabo la operación de salvamento de este fin de semana, después de semanas de intentos fallidos de proporcionar un corredor humanitario seguro para una evacuación masiva.

Posteriormente abordó con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy el imperativo de poner fin a lo que Guterres denominó la "crisis dentro de la crisis" y permitir por fin que los civiles abandonen la destrozada ciudad costera tras semanas de bombardeos rusos

La seguridad de los civiles, primordial

En la declaración a los corresponsales emitida el domingo, Abreu dijo que la operación había comenzado con un convoy de la Cruz Roja de la ONU que partió hacia Mariúpol el viernes, desde Zaporizhzhia, un viaje de unos 230 kilómetros.

"Como las operaciones están todavía en curso, no vamos a dar más detalles en este momento", dijo, "para garantizar la seguridad de los civiles y los trabajadores humanitarios en el convoy".

La ONU, añadió, "seguirá presionando para que todos los civiles que deseen salir de la ciudad de Mariúpol lo hagan de forma segura". La ONU se está comprometiendo activamente con las partes para avanzar en estos esfuerzos". 

Si logran salir, sería la primera vez que un convoy organizado por las agencias humanitarias consigue asegurar el paso de los civiles, que viven bajo el fuego de las armas pesadas y los bombardeos aéreos rusos, desde los primeros días de la invasión rusa.

Se desconoce el número de muertos dentro de Mariúpol, pero el alcalde de la ciudad ha informado de que han muerto más de 20.000 civiles.

Los últimos soldados ucranianos que quedaban defendiendo la ciudad, se han refugiado, junto con cientos de civiles, en el interior de la vasta fábrica de acero de la era soviética, que cuenta con una serie de búnkeres y túneles laberínticos, lo que ha impedido a las fuerzas rusas acabar con los últimos focos de resistencia.