Se dispara el número de venezolanos que cruzan el Tapón del Darién

Migrantes haciendo cola en Lajas Blancas, Panamá, tras cruzar el Tapón del Darién
OIM/Gema Cortés
Migrantes haciendo cola en Lajas Blancas, Panamá, tras cruzar el Tapón del Darién

Se dispara el número de venezolanos que cruzan el Tapón del Darién

Migrantes y refugiados

Durante los dos primeros meses del año, 2819 personas provenientes de Venezuela emprendieron la travesía, una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes, casi la misma cifra total registrada en 2021.
 

El número de personas que recorren peligrosos caminos por las junglas del Tapón del Darién entre Colombia y Panamá en busca de seguridad y estabilidad crece sin parar. Entre ellas se encuentran un número creciente de venezolanos, según informaron este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones.

Este último caso se hace patente por el impacto socioeconómico que ha provocado la pandemia de COVID-19 en los refugiados y migrantes de Venezuela en distintos países de acogida en América Latina y el Caribe, quienes cada vez más se dirigen hacia el norte del continente junto a otros grupos de personas en situación de movilidad humana.

Los números de las autoridades panameñas no engañan

Según las estadísticas del Gobierno de Panamá, el número de personas de Venezuela que cruzó el Tapón del Darién en los primeros dos meses de 2022, unas 2500, casi suman el total registrado en 2021 que se elevó hasta las 2819.

Si elevamos esa cifra al total de personas que atravesó el Tapón este año en comparación al pasado, la anotación casi se triplica. En los dos primeros meses del 2021 emprendieron el viaje 2928 personas, por las 8456 de este año. Este último grupo incluyó a 1367 niños y adolescentes.

Muchas de las personas que cruzan el Tapón del Darién – normalmente adultos jóvenes y familias – llegan a comunidades indígenas de difícil acceso con hambre y deshidratación, exhaustas y además precisan atención médica.

Ambas agencias reconocen los esfuerzos del Gobierno panameño a la hora de brindar asistencia y reiteran su compromiso de apoyo a las autoridades para garantizar el acceso a ayuda y protección de todas las personas con necesidades.

El Tapón del Darién, que marca la frontera entre Colombia y Panamá, se extiende sobre 5000 kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas, una topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes.

Las travesías que cruzan esta región pueden tomar hasta diez días para las personas en mayor situación de vulnerabilidad, quienes se exponen tanto a amenazas naturales y como a grupos criminales violentos que pueden llegar a cometer abusos sexuales o robos.

En 2021 se alcanzaron cifras récord cuando unas 133.000 personas emprendieron la travesía. La mayoría de ellos provenían de Haití, incluidos sus hijos nacidos en Chile y Brasil, seguidos por los cubanos, los venezolanos y nacionales de Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal. Durante el año pasado se reportó la muerte o la desaparición de 51 personas.

Falta más inversión en las comunidades de acogida

En respuesta al creciente número de personas que cruzan la región del Darién, ambas agencias están ampliando su actuación en Panamá ofreciendo albergues temporales en centros de recepción operados por el gobierno.

Entre otros artículos, proporcionan colchones, mantas, lámparas solares y kits de higiene en las comunidades locales y para las personas en situación de movilidad humana. Además, continúan colaborando estrechamente con las instituciones gubernamentales para garantizar el acceso a los sistemas de asilo en toda la región.

Tanto la Agencia de la ONU como la Organización Internacional para las Migraciones llaman a aumentar el apoyo y la inversión en comunidades de acogida para reforzar unos servicios que benefician tanto a las personas refugiadas y migrantes como a la población local.


Del mismo modo, instan a los países de acogida ”a mantener el acceso a procedimientos de asilo, ampliar las opciones de estadía regular para personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad y brindar protección y asistencia a partir de las necesidades existentes”.