Grano a grano, la granada se abre camino entre las frutas

Granadas, en Trapani, Italia.
Unsplash/Jonas Renner
Granadas, en Trapani, Italia.

Grano a grano, la granada se abre camino entre las frutas

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Debido a su alto poder antioxidante, tanto la granada y como sus subproductos, como el zumo, las semillas y la cáscara tienen efectos favorables para la salud, entre ellos propiedades antibacterianas y anticancerígenas. Una nueva normativa de la ONU velará por sus estándares de calidad.

Originaria del sur de Asia, Persia y Afganistán, la granada es una fruta ancestral cultivada por muchas culturas durante miles de años en toda la región del Mediterráneo de Asia, África y Europa. Una nueva norma de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) (EN) facilitará el comercio de granadas de alta calidad, lo que resultará beneficioso tanto para productores como consumidores. 

La granada representa aún una pequeña parte de la facturación total de frutas y hortalizas en el mundo; sin embargo, su consumo está creciendo rápidamente. En la actualidad, la superficie mundial dedicada al cultivo de esta fruta supera las 300.000 hectáreas. Los principales productores mundiales son India y China, seguidos de Irán, Turquía, Afganistán, Estados Unidos, Iraq, Pakistán, Siria y España.

El volumen total importado por la Unión Europea pasó de las 67.000 toneladas en 2013 a las 95.000 toneladas en 2017. En Asia Central, Uzbekistán se ha convertido en uno de los mayores productores de la región. Según datos de su Ministerio de Agricultura, el país tiene un plan para aumentar la superficie total dedicada a este cultivo en la región de Fergana hasta 20.000 hectáreas, de las que se cosecharían más de 200.000 toneladas de granada al año.

En el mercado europeo, España cuenta con una de las mayores producciones de granadas, llegando a las 50.000 toneladas; su cultivo se concentra principalmente en las regiones de Alicante, Valencia y Murcia. Los mayores importadores de granada de Europa son Alemania, seguido por Italia, Francia y Reino Unido.

Una granada colgando de su árbol, a punto de ser recogida, en Hortolândia, en la provincia de São Paulo (Brasil).
Unsplash/Feliphe Schiarolli
Una granada colgando de su árbol, a punto de ser recogida, en Hortolândia, en la provincia de São Paulo (Brasil).

La granada, rica y saludable

Esta fruta, que simboliza en muchas culturas la longevidad, la abundancia y la fertilidad, es rica en fibra, proteínas y vitaminas. Por ello, cada vez se utilizada más en la industria cosmética y en la farmacéutica. Debido a su alto poder antioxidante, tanto la granada y como sus subproductos, como el zumo, las semillas y la cáscara tienen efectos favorables para la salud, entre ellos propiedades antibacterianas y anticancerígenas.

Asimismo, gracias a su piel gruesa, que previene su deshidratación, la granada puede ser fácilmente transportada en recorridos de larga distancia sin que se vea afectada su calidad; reduciendo así el deterioro y el desperdicio alimenticio.  

Estándares de calidad 

La nueva normativa de la Comisión para las granadas proporciona unos criterios mínimos de calidad acordados que pueden referenciarse en los contratos comerciales, ayudando a los compradores a abastecerse de productos de calidad similar. Al mismo tiempo, proporciona una referencia fiable a agricultores y comerciantes, asegurando un producto de alta calidad para los consumidores; lo que en última instancia se espera que contribuya a estimular su comercio.

La normativa, promovida por España, , se adoptó en la 66ª sesión de Grupo De Trabajo Sobre Normas De Calidad Agrícola de la Comisión Económica para Europa.

En total, la Comisión cuenta con más de 100 normativas de calidad agrícolas para frutas y hortalizas, frutos secos y desecados, carnes, patatas de siembra, flor cortada, huevos y ovoproductos. Estas normas son utilizadas internacionalmente por gobiernos, productores, comerciantes, importadores, exportadores y organizaciones internacionales y respaldan el comercio internacional de frutas y hortalizas. Además, promueven la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para construir sistemas alimentarios resilientes e inclusivos que prevengan el desperdicio alimenticio.