Las violaciones de los derechos de los migrantes y refugiados se multiplican en las fronteras de Europa

Más de 16.500 migrantes han cruzado el mar Mediterráneo hacia Europa en los primeros cuatro meses de 2021.
SOS Méditerranée/Anthony Jean
Más de 16.500 migrantes han cruzado el mar Mediterráneo hacia Europa en los primeros cuatro meses de 2021.

Las violaciones de los derechos de los migrantes y refugiados se multiplican en las fronteras de Europa

Migrantes y refugiados

Miles de personas sufren violencia, malos tratos y otras trasgresiones graves de derechos humanos en los linderos terrestres y marítimos de la Unión Europea. En ocasiones, las balsas con migrantes son empujadas de nuevo al mar. “Lo que sucede ahí es legal y moralmente inaceptable”, afirma el organismo para los refugiados.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) manifestó alarma por el patrón creciente de violación de los derechos humanos de los migrantes y refugiados en las fronteres europeas, que en varias ocasiones han provocado muertes entre esas personas.

El titular de ACNUR informó este lunes que pese a los llamados de las agencias humanitarias de poner fin a esos atropellos, el organismo a su cargo recibe múltiples denuncias de violencia, malos tratos y devoluciones en diversos puntos de entrada, marítimos y terrestres, de la Unión Europea. Los abusos ocurren tanto dentro como fuera del territorio del bloque, especificó.

Filippo Grandi advirtió del peligro de que tales prácticas se normalicen y conviertan en políticas, y recordó que la mayoría de los refugiados del mundo son acogidos por países de renta baja y media con muchos menos recursos que las naciones europeas.

Detalló que de principios de 2020 a la fecha, la agencia ha registrado unos 540 casos de retornos informales desde los linderos de Grecia con Turquía, así como una serie de incidentes preocupantes en las fronteras central y sudoriental del bloque europeo.

Un número creciente de migrantes llega a la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
Cruz Roja
Un número creciente de migrantes llega a la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

Variedad de abusos

Entre las arbitrariedades cometidas contra los derechos de los migrantes y refugiados, ACNUR también refirió miles de rechazos, amenazas, intimidación, violencia, humillación y excesos tales como dejar a la deriva o devolver al mar las balsas cargadas de personas, sin ningún respeto por sus vidas.

Según las denuncias, al menos tres personas han muerto desde septiembre de 2021 en el mar Egeo debido a esas acciones.

La situación para los migrantes no es mejor en las fronteras terrestres, donde los testimonios dan fe de que se les desnuda y rechaza brutalmente sin importar las condiciones ambientales de frío o lluvia.

El Alto Comisionado deploró que los Estados europeos no investiguen las denuncias, salvo en raras excepciones, y que, en cambio, erijan muros y vallas en las fronteras que no van a disuadir a quienes huyen de la guerra y la persecución.

“Sólo aumentarán el sufrimiento de las personas que necesitan protección internacional y las llevará a otras rutas que podrían ser más peligrosas”, recalcó.

Lamentó, asimismo, la devolución de los migrantes a sus países de origen sin importar los riesgos que afrontan en ellos y aunque esto viole el derecho internacional.

Un muro con alambrado de doce kilómetros marca la frontera entre Grecia y Turquía.
© ACNUR/Socrates Baltagiannis
Un muro con alambrado de doce kilómetros marca la frontera entre Grecia y Turquía.

Inaceptable

“Lo que está sucediendo en las fronteras europeas es legal y moralmente inaceptable y debe detenerse. La protección de la vida humana, los derechos humanos y la dignidad debe seguir siendo una prioridad compartida”, dijo Grandi, llamando a establecer mecanismos nacionales independientes de vigilancia que garanticen la investigación de las denuncias.

ACNUR aseguró que los problemas de seguridad y administración de las fronteras se pueden abordar con políticas justas, humanas y eficientes que se ajusten con las obligaciones de los Estados en virtud de las leyes internacionales de derechos humanos y de refugiados, incluida la Convención de 1951, así como con la legislación europea.

Grandi subrayó que los Estados deben respetar los derechos humanos, incluidos el derecho a la vida y al asilo, y enfatizó que esta garantía no depende del modo de llegada a un país.

Por otro lado, el organismo reconoció las contribuciones de los países europeos que ayudan a proteger a los refugiados y a apoyar a las naciones de acogida, pero enfatizó que la asistencia financiera en el extranjero no debe remplazar su responsabilidad y compromiso de recibir y proteger a esas personas en su propio territorio.

“El reasentamiento y otras vías legales no pueden sustituir las obligaciones hacia las personas que buscan asilo en las fronteras, incluidas aquellas que han llegado de manera irregular”, apuntó.

Para Grandi, la forma en que Europa proteja a los refugiados y solicitantes de asilo sentará un precedente no sólo en la región sino en el mundo.