Invertir un dólar más en la prevención de las enfermedades no transmisibles puede evitar siete millones de muertes

Un nuevo estudio de la agencia sanitaria de la ONU en 76 países de renta baja y media-baja señala que cada dólar invertido en una serie de acciones podría representar un beneficio de hasta siete dólares, lo que podría llegar generar 230.000 millones de dólares para el año 2030.
Si los países de renta media y baja invierten un dólar adicional por persona y año en la prevención de las enfermedades no transmisibles, entre las que se incluyen las cardíacas, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias, podrían evitar unos siete millones de muertes de aquí al 2030, según destaca un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud.
El nuevo estudio destaca la urgencia de invertir en la prevención y gestión de este tipo de padecimientos, dado que la pandemia del COVID-19 ha evidenciado cómo muchas de estas enfermedades pueden empeorar los resultados del coronavirus.
Por ello, la OMS destaca que la gran mayoría de las muertes en esas naciones pueden prevenirse mediante una serie de 16 medidas de eficacia probada, denominadas Best Buy (Mejor Inversión).
Entre ellas se contempla el uso de medidas costeables para reducir el consumo de tabaco y el uso nocivo del alcohol, mejorar la dieta, aumentar la actividad física, disminuir los riesgos de enfermedades cardiovasculares y diabetes, y prevenir el cáncer de cuello uterino.
El informe analiza 76 países de renta baja y media-baja y muestra cómo por cada dólar invertido en el aumento de estas acciones podría representar un beneficio de hasta siete dólares, lo que podría generar 230.000 millones de dólares para el año 2030.
El director general de la Organización destacó que, de realizarse las inversiones estratégicas adecuadas en estos países, que soportan el 85% de muertes de personas por enfermedades no transmisibles de entre 30 y 69 años, pueden “cambiar la trayectoria” de estos padecimientos y conseguir “importantes beneficios sanitarios y económicos para sus ciudadanos".
"En un mundo lleno de incertidumbre, una cosa de la que podemos estar seguros es que, si no se actúa, las enfermedades no transmisibles seguirán siendo una amenaza importante para la salud mundial. Invertir en estas políticas con base empírica es una inversión en un futuro saludable", afirmó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Desde la agencia de la ONU se indica que todas las acciones propuestas son relativamente baratas, requieren poca inversión de capital y ayudarían a evitar gran parte del elevado coste de futuros tratamientos.
El estudio también concluye que, aunque cada una de las acciones puede aplicarse por separado, los resultados mejoran cuando se aplican conjuntamente.
Dado el hecho de que los grupos marginados suelen estar más expuestos al impacto físico y económico de las enfermedades no transmisibles, la implementación de estas medidas también puede contribuir a reducir las desigualdades sanitarias y económicas.
Además, estas medidas ya se han aplicado con en muchos países de todo el mundo, y en el informe se destacan algunos casos de éxito.
"La repercusión de la COVID-19 en las personas que padecen enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades pulmonares demuestra que es más importante que nunca priorizar la inversión en prevención y gestión de las enfermedades no transmisibles", afirmó la directora de la OMS para ese tipo de afecciones, la doctora Bente Mikkelsen.
"Hacemos un llamamiento a todos nuestros socios para que sigan ejemplos como el de Noruega, que ha aumentado la financiación y la actuación. En un mundo en el que los recursos financieros son cada vez más limitados, este informe muestra dónde se pueden hacer las mejores inversiones y dónde se pueden salvar millones de vidas", señaló Mikkelsen.
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