La ONU pide a los militares que pongan fin al uso de la fuerza contra los manifestantes pacíficos

Vista de Yangon, Myanmar
ONU/Nyi Teza
Vista de Yangon, Myanmar

La ONU pide a los militares que pongan fin al uso de la fuerza contra los manifestantes pacíficos

Derechos humanos

La Oficina de ONU Derechos humanos condena la escalada de violencia contra las protestas en Myanmar que se han cobrado la vida de al menos 18 personas y han dejado más de 30 heridos. Las muertes se produjeron como resultado de munición real disparada contra multitudes en diferentes ciudades del país. El títular de la ONU se unió a la condena y pidió a la comunidad internacional que envíe "una señal clara a los militares de que deben respetar la voluntad del pueblo de Myanmar expresada en las elecciones y poner fin a la represión".

“Condenamos enérgicamente la escalada de violencia contra las protestas en Myanmar y pedimos al Ejército que detenga de inmediato el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos”, ha indicado este domingo la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

A lo largo del día, en varios lugares del país, fuerzas policiales y militares se han enfrentado a manifestaciones pacíficas, “utilizando fuerza letal y fuerza menos que letal” que, según informaciones recibidas esa Oficina, ha dejado al menos 18 personas muertos y más de 30 heridos.

De acuerdo con esas informaciones, las muertes se produjeron como resultado de munición real disparada contra multitudes en Yangon, Dawei, Mandalay, Myeik, Bago y Pokokku. Según los informes, también se utilizaron gases lacrimógenos en varios lugares, así como granadas aturdidoras y explosivas.

El pueblo de Myanmar tiene derecho a reunirse pacíficamente y exigir el restablecimiento de la democracia. Estos derechos fundamentales deben ser respetados por los militares y la policía, no enfrentados a una represión violenta y sangrienta”, se asegura en un comunicado emitido por la Oficina que dirige Michelle Bachelet.

La Oficina recuerda que el uso de fuerza letal contra manifestantes no violentos nunca está justificado según las normas internacionales de derechos humanos.

Desde el comienzo del golpe de Estado en Myanmar el 1 de febrero, la policía y las fuerzas de seguridad han atacado a un número cada vez mayor de voces de oposición y manifestantes arrestando a funcionarios políticos, activistas, miembros de la sociedad civil, periodistas y profesionales médicos.

Libertad para los detenidos y solidaridad internacional

Tan solo en el domingo, la policía ha detenido al menos a 85 profesionales médicos y estudiantes, así como a siete periodistas, que estaban presentes en las manifestaciones.

Más de 1000 personas han sido arrestadas y detenidas arbitrariamente en el último mes, algunas de las cuales siguen en paradero desconocido, en su mayoría sin ningún tipo de debido proceso, simplemente por ejercer sus derechos humanos a la libertad de opinión, expresión y reunión pacífica.

“Reiteramos nuestro llamado a la liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente, incluidos los miembros del gobierno democráticamente elegido”, agrega la Oficina, que pide a la comunidad internacional “solidarizarse con los manifestantes y con todos aquellos que buscan el retorno a la democracia en Myanmar”.

El Secretario General se une a la condena

También, el Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente la violenta represión en Myanmar y "está profundamente preocupado por el aumento de muertos y heridos graves. El uso de fuerza letal contra manifestantes pacíficos y las detenciones arbitrarias son inaceptables", aseguró su portavoz.

Guterres insta a la comunidad internacional a unirse y "enviar una señal clara a los militares de que deben respetar la voluntad del pueblo de Myanmar expresada en las elecciones y poner fin a la represión".